A pesar del descenso de la producción en 2006, ésta se mantuvo por encima de la media, según un informe publicado hoy por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El documento indica que las previsiones iniciales para la cosecha mundial de cereales en 2007 “son favorables”, en especial por el aumento de la siembra en Europa y Norteamérica y por las buenas condiciones meteorológicas.
Durante 2006, la mayor parte del descenso en la cosecha de cereales se registró en los principales países productores y exportadores, entre ellos Estados Unidos, Australia y varios europeos. La producción de trigo (598 millones de toneladas), se redujo un 4,4%, la del arroz (420 millones) un 0,4% y la de los cereales secundarios -todos excepto los dos anteriores (978 millones) cayó un 2,6%.
En África, la buena cosecha lograda el año pasado “significa menos importaciones” para el actual, y en el caso de los países más pobres se prevé que disminuyan un 10%, tanto las comerciales como la ayuda alimentaria.
Aunque las perspectivas son favorables, 34 países seguirán sufriendo problemas de inseguridad alimentaria, debido a las pérdidas de cosechas localizadas y los conflictos civiles. En África oriental, los efectos de las inundaciones, el actual brote de Fiebre de Valle del Rift, las sequías localizadas y los conflictos pasados o presentes “continúan deteriorando la seguridad alimentaria”.
Además, como resultado de conflictos civiles sigue siendo necesaria la ayuda alimentaria de emergencia en Chad, Costa de Márfil, Guinea, Liberia y Sierra Leona, mientras en Zimbabue, la crisis económica ha dejado a 1,4 millones de personas en zonas rurales que no pueden cubrir sus necesidades mínimas de cereales. La situación alimentaria de millones de personas en Corea del Norte sigue “siendo crítica” como resultado de una fuerte reducción de la ayuda y se considera que necesitará importar en 2007 un millón de toneladas de alimentos.
En Irak, el conflicto, la inseguridad y los desplazamientos de la población “continúan afectando la vida de un gran número de personas”, mientras Haití “necesita seguir recibiendo ayuda debido a sus problemas a largo plazo de inseguridad y crisis económica”.