“La cuenta inversión extranjera directa que representa el 60% del sector presentó un flujo negativo de u$s2.010 millones, debido a egresos por cambio de manos de YPF, compensados parcialmente por reinversión de utilidades, aportes y deudas con matrices y filiales”, destaca el análisis del instituto oficial de estadística, según publica Infobae.
El tardío reconocimiento a Repsol del costo de la confiscación de su participación mayoritaria en la petrolera ahora estatal les significó a las cuentas públicas el pago de una vez de 5.049 millones de dólares, el cual se contabilizó en la balanza de pagos con el resto del mundo en la cuenta “cambios de manos”.
El resto de los componentes mantuvieron signo positivo aunque con un resultado neutro en comparación con un año antes, porque mientras la reinversión de utilidades de las empresas extranjeras radicadas en el país bajó en 84 millones de dólares, a 1.661 millones, los aportes de casas matrices subieron en 86 millones de dólares, a 970 millones de dólares.
Estos últimos representan valores mínimos y poco relevantes frente a una economía que según las cuentas nacionales genera unos 540.000 millones de dólares al año y requiere de inversiones totales en activo fijo por más de 130.000 millones. Responde a la ausencia de un clima de negocios que incentive los emprendimientos, porque se avanza sobre el estrangulamiento de las ganancias empresarias.
Todo el esfuerzo hecho en el semestre, con acuerdos para saldar las deudas y demandas de empresas en el CIADI (organismo del Banco Mundial de resolución de controversias con privados); el pago al Club de París y también a Repsol, se diluyó ante la negativa a cerrar el capítulo del default con parte de los bonistas, sin medir que el alto costo exigido resultaba menor que las pérdidas que provocaba no hacerlo.