Publicidad Cerrar X

Chacareros 2.0: la rentabilidad del negocio porcino

A partir de 2002, los Pierini, productores agrícolas de Los Toldos, comenzaron a intensificar la producción porcina. Hoy, con 300 madres en confinamiento, derivan al criadero el 50% de su producción de maíz. Modelo de integración.

A partir de 2002, los Pierini, productores agrícolas de Los Toldos, comenzaron a intensificar la producción porcina. Hoy, con 300 madres en confinamiento, derivan al criadero el 50% de su producción de maíz. Modelo de integración.
infocampo
Por Infocampo

Desde hace un mes, la producción porcina ocupa la primera plana, y vientos de cambio le otorgan posibilidades de reposicionarse hacia 2013. Infocampo presenta un caso productivo de integración agrícola-porcina en la localidad de Los Toldos, centro de Buenos Aires, cuyo objetivo es la terminación de capones con 110 kg de peso vivo.

Actualmente producen 792 toneladas de carne por año, y destinan, de su propia producción, 1.500 y 480 t de maíz y de soja para la alimentación de la granja.

Una relación actual dice que por cada kilo de cerdo se deben poder pagar 5 kg de maíz y 2 de soja.

Haciendo números redondos, actualmente cada kilo de peso vivo de cerdo se paga $5 y el kg de maíz (precio a abril 2010) es $0,48, es decir, que cada kg de carne paga 10 de maíz. La soja cotiza casi $1/kg, con lo cual, por cada kg de cerdo se pueden comprar no dos kg como sostiene la regla, sino 4. Sin dudas, hoy el planteo cierra.

Los Pierini son los propietarios de ‘El Ceibo’, un establecimiento de 45 ha, en el que se encuentra la granja, que forma parte de un planteo de 1.100 ha agrícolas, 300 de producción propia, y las restantes alquiladas.

La firma forma parte de un grupo reducido de productores que muestra parámetros de una granja ‘tecnificada’ con 300 madres en producción, 24 capones vendidos por madre/año, y 7.200 capones/año.

En este momento están en las vísperas de una ampliación de sus instalaciones, para llevar su capacidad a 600 madres, haciendo un salto previo de 450.

Hay dos índices que marcan la eficiencia de este sistema, uno es la conversión alimentaria global de la granja y el otro los kg de carne vendidos por madre/año. En ‘El Ceibo’ ambos son muy buenos.

El primero de ellos es de 3:1, lo que significa que cada 3 kg de alimento se produce 1 kg de carne, mientras que el segundo es 2.600 kg por madre por año, este supera en 900 gramos al que se obtiene con un sistema intensivo al aire libre, claro que la inversión de una y otro sistema es muy amplia.

La inversión inicial de un sistema de confinamiento total por cada madre instalada tiene un valor que se ubica entre los u$s4.000 y u$s5.000, mientras que el intensivo al aire libre es de $5.000.

Los Pierini tienen toda una historia en la producción porcina. Pedro Pierini comenzó con la producción extensiva de cerdos hace 45 años. Luego de la devaluación en 2001, los costos para mantener la crianza extensiva eran muy altos frente a la rentabilidad del sistema.

De esta manera consultó a su hijos, Diego y Gustavo, sobre la conversión de la producción hacia una forma confinada o definitivamente ‘bajar la persiana’ a la granja.

Los resultados muestran que supieron leer perfectamente las condiciones de nuestro país y de su región para afrontar la transformación. De esta manera, a partir de 2002 comenzaron con la construcción de cinco galpones de confinamiento, obra que finalizó tres años después.

De esta manera, una ampliación como la que quieren llevar a cabo los Pierini, de 300 madres, implica un desembolso de entre 1,2 a 1,5 millones de dólares.

El sistema de producción porcina de confinamiento total incluye un ciclo completo dividido en las siguientes categorías: madres (gestación y lactancia), animales para venta: lactancia, recría, desarrollo y terminación, que se llevan a cabo en 290 días, que incluyen 150 de engorde.

Los lechones se destetan con 6 kg de peso vivo, se recrían hasta los 30 kg, se desarrollan entre 30 y 60, y se terminan con 110 kg. La producción tiene un manejo en bandas, con una salida de 150 animales/ semana.

Por su parte, la producción agrícola está dividida en 40% de la superficie para soja de primera, 30 para maíz y 30 para trigo/soja. Y entre el 40 y 50% del maíz producido se destina al consumo del rebaño.

El sistema de alimentación se ajusta a los requerimientos nutricionales de los animales en sus distintas etapas de vida, recibiendo una alimentación por fases.

Las fases 1 y 2 (micropellets-alimentos completos) se consumen desde los 6 a 8 kg de peso vivo, y de 8 a 12 kg de peso vivo, respectivamente (posdestete). Desde los 12 kg de peso vivo y hasta la venta, las dietas son a base de maíz molido, pellet de soja, soja extrusada (algunas categorías) y la correspondiente premezcla que aporta vitaminas, minerales, aminoácidos y varios nutrientes más.

Las cerdas gestantes tienen una alimentación restringida a base de maíz molido, pellet de soja y afrechillo de trigo. En lactancia, la dieta consiste en maíz, pellet de soja, soja extrusada y la premezcla.

Sin embargo, no dudan sobre los beneficios de destinar todo el grano que producen a la alimentación de Los hacedores de la transformación en el centro, y a su lado, los extremos de la integración los cerdos. Con este sistema pueden eludir los vaivenes de los precios de los granos y superar la rentabilidad de la producción agrícola.

En materia de producción agrícola, en lotes de alto potencial, apuntan a manejos con 100 qq/ha de maíz, 40 qq de soja y 50 qq de trigo. Para ello llevan a cabo planteos de doble fertilización nitrogenada en los cereales y fertilización simple de fósforo en los cereales y en la soja.

En el maíz y el trigo dosifican entre 100 a 120 kg de urea a la siembra más 100 kg/ha PMA y 100 l de Solmix en la refertilización. Para soja aplican sólo a la siembra de 60 a 80 kg/ha PMA.

La firma continuó con su crecimiento vertical y sumó una venta al público de cortes frescos y chacinados en la localidad de Los Toldos. Así afirmaron que, con el  incremento de la hacienda desde antes de fin de año, las ventas de cortes frescos aumentaron.

El mercado interno porcino atraviesa un buen momento para la producción ya que hay una demanda interna de carne fresca creciente, que viene sostenida desde 2003, según las estadísticas que publica la Oncca.

Los productores también conocieron la mala. Cuando allá por febrero de 2006 se cerraron la exportaciones de la carne bovina, y la importación de carne porcina era activa, los precios del cerdo por kg vivo oscilaron entre $2 a 3. Sin embargo, ellos sostienen que su esquema, que recién terminaba por instalarse, soportó el embate.

La integración de ‘El Ceibo’ les permite mantenerse competitivos frente a una condición económica adversa, y llevar a cabo una producción sustentable de carne porcina dentro de un contexto que satisfaga los conceptos de calidad y trazabilidad.

Artículo publicado en el edición de hoy de Infocampo Semanario

Seguí leyendo:

Temas relacionados: