Las cosechadoras de girasol ya se han puesto en marcha enla Argentina. El cultivo resulta estratégico especialmente esta campaña, por lo que la eficiencia en cosecha es clave, más aún si se tiene en cuenta que las pérdidas por métodos de recolección ineficientes pueden mermar los rendimientos en más de un cuarto de la producción total – se esperan unas 3,5 millones de toneladas-. La mayoría de estas pérdidas podrían ser evitadas.
Desde el año 2005, CLAAS Argentina fabrica y exporta a todo el mundo cabezales girasoleros de última generación. El producto resultó ganador del concurso organizado por CLAAS en Alemania, en la búsqueda de proveedores para la fabricación del cabezal de girasol de mejor rendimiento. El cabezal –que actualmente se fabrica íntegramente en la planta de CLAAS de Ameghino– demostró ser ampliamente superior en las pruebas realizadas en Hungría, compitiendo contra cabezales de renombre como el NAS (Húngaro) y el GERINGHOFF (Alemán), entre otros.
Según un informe del INTA PRECOP, la evaluación de pérdidas promedio de nuestro país en la cosecha del girasol es de 122 kg/ha –representando una reducción del 25,8% del margen neto por superficie arrendada– lo que significa que algunos lotes tienen pérdidas de 60 kg/ha, mientras que otros rondan los 185 kg/ha; valores muy altos y, lo que es más importante, evitables. De acuerdo al cálculo volcado en el informe, el valor de pérdida promedio multiplicado por las1.840.000 hectáreassembradas en la campaña 2011/2012, y por el precio de la oleaginosa en el mercado local, representan unos 66 millones de dólares sólo en esta campaña.
Estas pérdidas tienen su origen en gran medida, según el INTA PRECOP, en el efecto de desgrane en los cabezales. Una insuficiencia en el ancho del cabezal respecto del índice de la alimentación de la cosechadora, o una mala regulación del mismo, pueden causar estragos a la hora de cosechar. De las pérdidas ocasionadas al momento de la cosecha, un 70% se produce por ineficiencias de los cabezales o errores en su regulación.

