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Claves para entender por qué fracasó la actual política de carnes en la Argentina

Un análisis de Miguel Saredi, presidente del Grupo Pampa Sur. Las causas del desastre y los desafíos que vienen.

Un análisis de Miguel Saredi, presidente del Grupo Pampa Sur. Las causas del desastre y los desafíos que vienen.
infocampo
Por Infocampo

El panorama actual de la ganadería podríamos sintetizarlo diciendo que: en los primeros meses de 2008 la participación de las hembras en la faena fue casi del 50 por ciento, completando 16 meses consecutivos de liquidación de vientres.

Para que se tenga una magnitud: las hembras faenadas en el año 2007 fueron 1.500.000 más que las faenadas en 2006. En el año 2006 a su vez se faenaron 1.000.000 más que en el promedio 2001-2005.

En términos de exportación, la Argentina a mediados de la década del 90 apuntaba a exportar un millón de toneladas en el año 2000. Hoy se acerca a exportar sólo el 50 por ciento de ese objetivo.

En un mercado atomizado, con infinidad de operadores, la situación ha llevado a una reducción muy importante de la superficie ganadera ‘estimada en 11 millones de hectáreas- motivada también por la expansión de la agricultura que tiene además de los precios internacionales un tiempo mucho menor de resultados y de riesgo desde el punto de vista productivo y económico.

A diferencia de la agricultura, en donde la innovación tecnológica ya la podemos poner en práctica en esta cosecha, y rápidamente recoger los resultados, en ganadería por ejemplo, sobre todo en ítems como la genética, los logros y objetivos sólo se ven y se cumplen a largo plazo, o por lo menos a mediano plazo..

Los criadores se han visto particularmente afectados, pues no pueden salir de la actividad aunque no sea rentable, porque están sobre superficies que no tienen aptitud para otra actividad. Estos criadores de subsistencia intentan zafar de la situación con el arrendamiento forzado de algunas de sus hectáreas ‘amenazada ahora por una riesgosa ley de arrendamientos que incluso propugnan algunas entidades agropecuarias- o el riesgo de la siembra de esas tierras, para sobrevivir con las vacas en el resto del campo.

Por otro lado están empezando a desaparecer definitivamente los tradicionales invernadores a pasto, pues es la actividad que más compite directamente con la agricultura. En este punto es grave la falta de novillos de 400 kg o más, por este motivo, y principalmente por la política de cierre de exportación de carnes, que desmotivan a nuestros productores de novillos pesados de exportación que producían masivamente este tipo de carne.

La situación no puede aguantarse mucho más, pese al traslado de la ganadería hacia la región extrapampeana y el Norte. Para que se tenga un magnitud de este fenómeno el crecimiento de cabezas en Salta fue del 45 por ciento en tres años, en Santiago del Estero en 200.000 cabezas en sólo 1 año y también crecieron vertiginosamente, Chaco y Formosa, y ‘aunque no tanto como las provincias anteriores- Río Negro, San Luis y Mendoza.

Pero para entender a nuestros productores que, como todos, quieren tener rentabilidad y sacar ganancias de su trabajo para el crecimiento de su empresa y de su familia, los precios de 2,90$ para el novillo o 3,40 $ para el ternero en el Norte no tienen equivalencia por ejemplo con lo que vale en Paraguay o Uruguay en donde el mismo ternero ‘o de peor calidad- vale 3 U$ el kilo vivo.

Nuestra población subió geométricamente y nuestra cantidad de vacunos muy poco, pues siempre recordemos que cuando teníamos 8 millones de habitantes teníamos 45 millones de vacunos, hoy tenemos 55 millones, pero con más de 37 millones de habitantes. Las estadísticas del Senasa dicen que las existencias de bovinos a marzo de 2008 son de 57.583.122 cabezas.

La producción vacuna mundial, a diferencia de otro tipo de producciones está concentrada en pocos países. Los tres grandes son Australia, Brasil y Estados Unidos con el 60 por ciento de las exportaciones. Le siguen, con lo que podemos llamar medianos, que son: Nueva Zelanda, Unión Europea, India, Argentina y Canadá. Suman cerca del 40 por ciento hasta hace unos años. Ahora la Argentina está en riesgo de perder estas ubicaciones por el avance de países como Uruguay .

Más producción, más oferta y más exportación:

Hay que definitivamente entender que el sistema de control de precios, cierre de fronteras y de ventas al exterior, la veda que se había puesto en décadas pasadas y tantas decisiones erradas como la Junta Nacional de Carnes o apostar a un cúmulo de decisiones burocráticas, que van desde pesados Registros de Exportación o precios máximos, y en general un control con un Estado gendarme y fofo, pesado y omnipresente, sólo llevan en un país con nuestra tradición y falencias, a mayores nichos de corrupción y de amiguismo, en la que las frustraciones constantes nos hacen aparecer como un país de contrabandistas, y con un preocupante grado de aislamiento.

Nosotros, como en otros temas, apostamos a una sencilla regla de la economía:

-El eje central de la política cárnica debe estar asociada a un aumento de la oferta ganadera.

Más producción, más oferta, más exportación esa es nuestra regla de desarrollo para todo y en especial en productos como la carne.

No es una cuestión ideológica, sino en principio conocernos como argentinos, con nuestras virtudes y defectos, y nuestra mentalidad, cultura, costumbres y educación, y si nuestra experiencia nos ha enseñado algo, es que aquí el Estado debe fiscalizar severamente, controlar sanitariamente, intentar construir un gran concepto de la Justicia donde se penen los monopolios y oligopolios, y los funcionarios corruptos.

Pero cuando el Estado argentino tiene injerencia, tamaño y capacidades desmedidas nos lleva al desastre.

No somos liberales ortodoxos, sino productivistas y desarrollistas, y creemos como hacen Nueva Zelanda, Australia y tantos países en el mundo que crecen y progresan, o nuestros amigos de Brasil y Uruguay, que hay que tener en cuenta también los cambios en los valores del intercambio y el gran precio de los alimentos en el mundo, entre ellos la carne.

José Pepe Múgica, ex dirigente Tupamaro uruguayo, encarcelado durante el golpe militar en dicho país, actual senador, y encargado estos años de Agricultura y Producción en nuestro vecino país, es un ejemplo en la materia, que alejó los ideologismos, los revanchismos y los preconceptos, tan vigentes en nuestra mediocre historia actual.

Por Miguel Saredi. Presidente del Grupo Pampa Sur
(artículo publicado en la edición de hoy de El Federal)

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