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Cómo bajar el precio cárnico

El gobierno nacional firmó convenios para bajar el precio de la carne al consumidor, pero pocos imaginan que el alza de los valores no obedece ni a cuestiones climáticas, ni a la angurria de los importadores internacionales. En el próximo informe tratamos de explicar por qué sube la carne y cómo detener esta escalada alcista.

El gobierno nacional firmó convenios para bajar el precio de la carne al consumidor, pero pocos imaginan que el alza de los valores no obedece ni a cuestiones climáticas, ni a la angurria de los importadores internacionales. En el próximo informe tratamos de explicar por qué sube la carne y cómo detener esta escalada alcista.
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Por Infocampo

Pagar menos por un bife es posible. Pero para ello sería necesario que el gobierno elimine las protecciones de las goza la industria del cuero.

El alza reciente del valor minorista de la carne vacuna generó una serie de comentarios disparatados sobre la dinámica del mercado cárnico. Hipótesis meteorológica: los precios aumentan porque llueve y hay menos oferta de hacienda; o cuestiones como que se exporta más y al quedar menos en el mercado interno sube la carne.

Esto es un error porque no todos los cortes se exportan (por ejemplo, la tira de asado no la quiere nadie en el mundo) y además la relación exportación/producción de carne registrada es apenas del 18%.

Cabe recordar que en los meses de agosto y septiembre de 2004 el valor promedio del novillo subió de manera significativa, pero el precio del lomo en la góndola se mantuvo estable.

Entonces, cabe la pregunta de ¿Por qué en esos dos meses del año pasado los frigoríficos absorbieron el aumento del insumo hacienda?

Primero, porque el valor interno del cuero fresco pagado por las curtiembres se ubicaba entonces en torno a 3,45-3,50 pesos por kilo, y esto permitía que tanto los frigoríficos consumeros como los exportadores tuvieran un margen de ganancia respetable por ese concepto, debido a que el cuero representa alrededor del 75% del valor total del recupero.

Segundo, porque a mediados del año pasado los valores pagados por la demanda internacional de carne vacuna argentina se afirmaron de manera notable y esto mejoró los ingresos de las plantas exportadoras. En otras palabras: los márgenes de ganancia obtenidos por el cuero y por los buenos precios externos permitieron subsidiar al consumo interno.

Pero esta situación se revirtió en noviembre de 2004, mes a partir del cual

descendió de manera significativa tanto el valor interno del cuero como el precio promedio internacional de los cortes de exportación.

Lamentablemente, no se puede hacer nada para que los importadores paguen más por la carne argentina. Sin embargo, sí podrían mejorarse los valores internos del cuero, ya que los mismos son artificialmente bajos en el mercado local gracias a una serie de distorsiones aplicadas en las últimas tres décadas por las autoridades económicas argentinas.

Como los valores internos del cuero son administrados discrecionalmente por las curtiembres gracias a la barrera arancelaria aplicada por la normativa vigente, si esto no existiese, los frigoríficos podrían acceder al precio internacional del cuero y tendrían un mayor margen para subsidiar los precios internos de la carne vacuna. Después de todo el mercado argentino es su principal cliente por lejos.

Ezequiel Tambornini

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