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¿Cómo saber si los huevos son de jaula, galpón o campo? Un proyecto de ley busca etiquetarlos

Dos organizaciones presentaron una iniciativa que entró en la Cámara de Diputados, en consonancia con el debate de alimentos en Senadores.

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Por Infocampo

Mientras se debate el proyecto de etiquetado de alimentos en Senadores, ongs ambientalistas lanzaron una iniciativa para el etiquetado de huevos que ingresó en la Cámara de Diputados.

Se trata de una propuesta de la organización internacional de protección animal Sinergia Animal y la Asociación de Defensa del Consumidor (ACUCC), que se presentó el pasado martes 2 con el fin de brindar la información básica sobre el origen de los huevos.

“El objetivo es distinguir aquellos que provienen de jaulas, galpones, aviarios de piso o camperos, donde los animales tienen acceso a un área externa natural, proporcionando información clara para orientar a los consumidores y dar visibilidad a la forma en que se trata a las gallinas en la industria del huevo a nivel nacional”, explicaron las organizaciones.

El proyecto de ley cuenta con el respaldo del equipo del diputado José Luis Ramón, y contempla un plazo diferenciado para implementar la medida de etiquetado según el tamaño del productor (el más pequeño tendrá más tiempo para hacerlo).

Según aseguran los impulsores, en Colombia, Chile y Ecuador ya existen proyectos similares impulsados por ongs.

“La mayor parte de los ciudadanos del país desconoce que la producción de huevos se realiza en un sistema de extremo confinamiento, ya prohibido en la Unión Europea, Canadá y en 8 estados de Estados Unidos: las jaulas en batería convencionales”, expresó Romina Viscarret, vocera de Sinergia Animal, que trabaja en Latinoamérica y el Sudeste Asiático.

Esa organización afirma que las jaulas en batería convencionales equivalen al 90% de la producción nacional de huevos en Argentina, que, según sus cálculos, cuenta con 45 millones de gallinas ponedoras y produce 436 huevos por segundo.

“En estos sistemas las gallinas son hacinadas en jaulas, a razón de entre 7 y 12 individuos, donde no podrán caminar, moverse, estirar sus alas, ni realizar ninguno de los hábitos naturales de la especie. Investigaciones científicas demuestran que los animales pasan una vida de estrés, dolor, deformaciones óseas y falta de desarrollo de la musculatura”, agregó Viscarret.

En ese sentido, remarcó que los principales estudios realizados en la Unión Europea señalan que el riesgo de contaminación por salmonella en las granjas con jaulas “es significativamente mayor que en las granjas sin ellas”.

El acceso a la información clara y precisa es un derecho del consumidor que todo Estado debe garantizar. En este caso, hay impactos directos para la salud de las personas, y también aspectos éticos que deben ser considerados. Buscamos que este proyecto ayude a las personas a comprender lo que están comprando, con qué productos están alimentando a sus familias y qué prácticas de la industria están fomentando o dejando de apoyar”, cerró Viscarret.