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Cuidando el nitrógeno agregado

Se acercan nuevas tecnologías: optimizar la eficiencia de los fertilizantes es el objetivo de productores y técnicos. Infocampo presenta los y manejos para evitar pérdidas y la opinión de técnicos vinculados con la nutrición de los cultivos.

Se acercan nuevas tecnologías: optimizar la eficiencia de los fertilizantes es el objetivo de productores y técnicos. Infocampo presenta los y manejos para evitar pérdidas y la opinión de técnicos vinculados con la nutrición de los cultivos.
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Por Infocampo

Lograr que la mayor cantidad posible de nitrógeno que se aplica a los cultivos sea captada por las plantas es uno de los objetivos de productores y técnicos, más bajo estas circunstancias de altos precios de los fertilizantes.

“La eficiencia con que los cereales aprovechan el nitrógeno se estiman en 50 a 60 %, de acuerdo con datos generados a nivel mundial. El resto queda en el suelo sin ser absorbido o se pierde del sistema suelo-planta’, citó Roberto Álvarez, ingeniero agrónomo de la cátedra de Fertilidad y Fertilizantes de la Facultad de Agronomía UBA, en diálogo con Infocampo.

Principalmente son tres los mecanismos que afectan la eficiencia de utilización del nitrógeno aportado. Estos son la inmovilización, volatilización y lixiviación.

Daniel Germinara, ingeniero agrónomo y asesor técnico de Yara, dialogó con Infocampo y comentó en referencia al primer mecanismo: “Las bacterias que degradan el rastrojo toman el nitrógeno del fertilizante y ejercen una indisponibilidad temporal.

Cuando los microorganismos mueren, liberan el nitrógeno orgánico; éste queda disponible para el cultivo luego de un proceso de mineralización, pero cuando ya no lo requiere’.

Según lo que menciona el técnico de Yara, el tipo de fertilizante es preponderante sobre la inmovilización. De esta forma, el nitrógeno de una fuente como el nitrógeno amonio calcáreo representa un “by pass” para que no sea retenido por las bacterias y de esta manera quede inmediatamente disponible para la planta.

Por el contrario, destacó el especialista, las fuentes ureicas o amoniacales son preferidas por las bacterias. Con respecto a la volatilización y lixiviación, la referencia la hizo Jorge Bassi, gerente comercial de la empresa Petrobras.

Cuando la urea se aplica en superficie con temperaturas medias altas y su incorporación al suelo no es inmediata, se aceleran los procesos de acción enzimática que la transforman a sustancias intermedias muy volátiles.

Por otro lado, cuando las condiciones ambientales son húmedas durante la aplicación del fertilizante o en aplicaciones muy tempranas se incrementan las pérdidas por lixiviación (es decir, migración del fertilizante en profundidad).

El profesional de Petrobras aclaró que tecnologías que enriquecen la molécula de amonio con tiosulfatos poseen doble propósito. Por un lado aportan sulfatos y, por otro, deprimen la acción enzimática de conversión de urea en sustancias volatilizables.De esta manera, las pérdidas gaseosas disminuyen al 3%.

Por su parte, Álvarez agregó que las eficiencias de absorción mejoran cuando la dosis, el momento y las formas de aplicación son correctos.

Un procedimiento adecuado en el manejo de los fertilizantes nitrogenados se basa en aplicar dosis ajustadas a los requerimientos de los cultivos. Realicemos una estimación sencilla en un cultivo de trigo de alta productividad.

Si requiere absorber 200 kg de nitrógeno/ha y el aporte desde el suelo (la materia orgánica y el pool mineral) es de 120 kg de nitrógeno/ha, y la corrección por las ineficiencias es de 10%, sería necesario aplicar unos 90 kg de N/ha para cubrir los requerimientos del cultivo.

El nitrógeno también fue un tema presente en el reciente congreso de Aapresid. Allí, Alan Blaylock, investigador de la firma canadiense Agrium, dio un panorama de la problemática y de las soluciones con las que hoy cuenta la agricultura respecto de estas cuestiones.

El técnico comentó que hay en esencia tres tipos de soluciones para disminuir las ineficiencias:

1) Aditivos que se incorporan al fertilizante y que inhiben los procesos de nitrificación (reducen la lixiviación) y de la actividad ureásica (reducen la volatilización).

2) Productos de liberación controlada, por baja solubilidad. Se trata de productos más sofisticados que la urea, pero de muy alto costo, limitados a situaciones como campos de golf, estadios deportivos, etcétera.

3) Productos de liberación controlada por recubrimiento. Según Blaylock, esta área parece ser la más promisoria para los cultivos extensivos. En el mercado se encuentra la SCU (Sulfur Coated Urea, es decir cubierta con sulfuro), y ESN, donde el grano de urea se recubre de un polímero, o sea un plástico biodegradable.

“Actualmente, la única formulación de liberación controlada y de bajo costo utilizada que podría tener una amplia difusión en los cultivos extensivos es la urea con cubierta de polímeros”, sostuvo el investigador.

Esta tecnología tendría sus máximos beneficios cuando las condiciones ambientales durante la aplicación de urea o posterior a ella son húmedas. Esto es especialmente relevante para la siembra de maíz, en primaveras lluviosas. Blaylock presentó los resultados de un trabajo realizado con la Universidad de Kentucky, que comprobó que el uso de ESN amplía la ventana de la fertilización en trigo.

Por supuesto, a los productores les interesa conocer cuánto más vale este producto.

La pregunta fue contestada por Blaylock en su presentación en Aapresid, quien señaló que actualmente está entre 15 y 18% más cara que la urea convencional. Asimismo informó que todavía el mercado en los Estados Unidos es pequeño. “Sólo unos cientos de miles de toneladas, en un mercado que aplica 20 millones de toneladas de nitrógeno por campaña”, apuntó el disertante.

En diálogo con Infocampo, Blaylock comentó que 20 toneladas de ESN se han enviado al país para ser testeadas en esta campaña de gruesa.

Por caso, se puede volear el nitrógeno más tempranamente, manteniendo altos rendimientos, como si se aplicara en el momento óptimo con urea convencional.

Una posibilidad, que comentaban técnicos locales, es que a campo se podría hacer una mezcla 50/50 de ESN con urea común.

Esto se condice con lo que sostuvo el especialista de la Fauba. La liberación lenta de las ureas recubiertas implica que el nitrógeno quede disponible en un período de dos meses, en contraposición a la liberación rápida que se produce con el producto tradicional, que según las condiciones ambientales puede hacerse en unos días.

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