El primer año de la roya asiática en los Estados Unidos -el USDA confirmó oficialmente la presencia de la enfermedad en noviembre de 2004 y se comenzó a monitorear en el 2005- dejó un balance difícil de interpretar.
Los datos todavía son inciertos; se estima que las pérdidas oscilan entre u$s 640 M (la cifra más probable) y u$s 1.341 M (el cálculo más exagerado, basado más en proyecciones derivadas del caso brasileño que en datos reales de la agricultura estadounidense). Pero lo cierto es que la enfermedad no dejó de crecer, y este año podría causar pérdidas por u$s 2.000 M.
Sin embargo, hubo un hecho alentador. Pese a la presencia de varios huracanes en el sur estadounidense -el viento y el agua son los principales agentes transmisores de la roya- la enfermedad quedó confinada en los estados sureños, básicamente Alabama, Arkansas, Florida, Georgia, Texas, Mississippi, Missouri, Carolina del Sur y Tennessee. Pero el miedo llevó a que el USDA destinara u$s 200.000 a crear y mantener un sitio en Internet coordinado con una red preventiva, a fin de monitorear día a día la expansión de la roya (www.usda.gov/soybeanrust/).
Muchos productores sureños, alarmados, decidieron reconvertirse al algodón, un cultivo más seguro. El USDA pronostica una reducción del área sembrada, aunque en lo inmediato no sería muy significativa. Las proyecciones de producción nacional para la campaña 2005/06 se ubican en 82,8 M/t, por debajo de las 85 M/t de la campaña anterior, pero muy por encima de las 66,7 M/t del período 2003/04.
Sebastián Masana