La semana pasada se efectuó una importante reunión en el CIL para resolver qué hacer con el precio de la leche. El problema fundamental radica en que los supermercados devolvieron listas de precio que tenían algunos retoques aduciendo que tienen que mantener el mismo precio y por lo tanto no pueden pagar más caro los productos a los proveedores, según informó hoy un artículo publicado en Lecheríalatina.com.
“En la reunión se planteó la moción de congelar también el precio a los tamberos para poder sumarse a el pedido de congelamiento de precios, si bien la mayoría estuvo de acuerdo, ni bien terminada la reunión conversaciones en privado pusieron en duda lo acordado”, señala la nota.
Lo que sucede es que la baja en la producción amenaza con dejar capacidad ociosa en algunas industrias y nadie está dispuesto a perder un litro de leche con la competencia, por lo que se especula con que algunos se olviden pronto del compromiso y comiencen a ofrecer algunos centavos más pese a lo acordado.
Para dejarlo en claro, lo que se piensa en aumentar lejos está de los valores que demandan los tamberos en las cartas repartidas a las industrias, donde se pide $ 1,90 para febrero y $ 2,15 para marzo.
