En la Cuarta Cumbre de las Américas, realizada en Mar del Plata, no todo fue ALCA sí o ALCA no. De hecho, los jefes de Estado dieron un nuevo y vigoroso respaldo a la agricultura y la vida rural en el hemisferio y a su rol estratégico en la generación de empleo, el combate de la pobreza, la desigualdad, el hambre y la exclusión social y en el reforzamiento de la gobernabilidad democrática.
La Cumbre se reunió bajo el lema “Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática” y la declaración de Mar del Plata concluyó que “se requiere un marco global para el desarrollo del sector rural y agropecuario, que promueva la inversión, la generación de empleos y la prosperidad rural”.
En el Plan de Acción, acordado también en la ciudad balnearia, los gobernantes dieron un importante aval político a los acuerdos de los Ministros de Agricultura del Hemisferio, adoptados en septiembre en Guayaquil, Ecuador.
Concretamente, los gobernantes acordaron “apoyar la implementación del Acuerdo Ministerial de Guayaquil 2005 sobre Agricultura y Vida Rural en las Américas” y el Plan AGRO 2015.
El Plan AGRO 2015 constituye una visión y una agenda compartida para el agro hemisférico, la cual se liga estrechamente al logro de las Metas del Milenio, en especial de reducción del hambre y la pobreza.
En este sentido, el director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Chelston Brathwaite, reconoció que la agricultura y la vida rural ya se posicionaron en la agenda hemisférica. “Se ha superado aquella primera etapa en la que el proceso Cumbres de las Américas ignoró el papel estratégico que la agricultura y la vida rural juegan para el desarrollo integral de nuestros países”, comentó. El Plan de Acción aprobado también solicitó al IICA y a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) que continúen con sus esfuerzos para desarrollar un sistema de información para el seguimiento y evaluación del Plan AGRO 2015.
FAO trabaja en un censo agrícola 2010
La FAO anunció la realización de una nueva ronda del censo agrícola (denominada ronda 2010) para ayudar a los países a evaluar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, a través de sus programas estadísticos nacionales.
La idea es que al contar con datos precisos y actualizados se ayudará a entender la repercusión de los cambios en el sector agrícola sobre la seguridad alimentaria de las familias.
Así, también se contará con indicadores sobre los pasos realizados para alcanzar el primero de los Objetivos del Milenio: erradicar el hambre y la pobreza extremas. La información ayudará a los responsables de la planificación a entender mejor los motivos de la escasa asistencia escolar, en especial en las zonas rurales .
También serán estratégicas las cifras sobre el papel de las mujeres en la agricultura y su participación en actividades económicas no agrícolas.
