“Está demostrado con claridad que el incremento de los precios de los cueros no influyó en el aumento del precio de la carne. El cuero representa menos del 10% del total del animal y por más que subiera el cuero, era imposible que la carne pudiera bajar ante un crecimiento tan significativo de la demanda local e internacional”, dijo Eduardo Wydler, presidente de la Cámara de la Industria Curtidora Argentina, en una entrevista realizada en Infocampo TV.
“Creo que el argumento que presentan los carniceros de que al bajarse el precio de los cueros, aumentó el precio de la carne, es falaz y ridículo, ya que los sectores involucrados manifestaron que por la escasa oferta, subieron los precios. Con el objeto de apoyar la política de estabilidad del gobierno, el sector tuvo la decisión de hacer un aporte solidario, pagando un 5% más por los cueros durante cinco meses sobre el precio del mercado. Eso nosotros lo cumplimos y quedó en documentos que fueron oportunamente presentados en la SAGPyA”, agregó Wydler.
Con respecto a la reducción de los derechos de exportación del 15 al 8% para los cueros crudos, el dirigente consideró que es una medida inadmisible para el sector y que se contrapone con la política enunciada por el gobierno de reindustrializar el país. “De esta manera, se está alentado la exportación de cueros crudos, o sea hacer un proceso absolutamente inverso del que viene realizándose desde hace 25 años. La industria del cuero genera miles de puestos de trabajo y millones de divisas en exportación con valor agregado. Además, está la cadena de valor, que a partir del cambio de la política económica tuvo la posibilidad de competir no sólo en el mercado local, sino también en el internacional, con lo cual lo que se hace en la industria curtidora pasa luego a la manufactura y se puede hasta quintuplicar el valor del cuero y aumentar exponencialmente los puestos de trabajo”, manifestó el titular de la Cámara y añadió que desde la entidad acompañaron los enunciados del presidente en la cumbre de Mar del Plata, pero que ahora no entendían estas decisiones.
Según los datos del dirigente, más de 20.000 personas trabajan en forma directa en la industria del cuero en la Argentina y 60.000 en la cadena de valor, a lo cual se agregan los insumnos y servicios alrededor. Dijo también que los cueros se reposicionaron con la gran afluencia de turistas que demandan productos de calidad diferenciada, que el país está en condiciones de producir y que de esta manera se ponen trabas a esta oportundidad.
