El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un préstamo de u$s 320 millones para mejorar y ampliar los servicios de agua potable y saneamiento en el área metropolitana, obras que beneficiarán a 11 millones de personas.
El préstamo de u$s 320 millones, procedente del capital ordinario del BID, es a 25 años de plazo, con un período de gracia de 4,5 años y a una tasa de interés basada en la Libor. El Gobierno argentino aportará otros u$s 80 millones en fondos de contrapartida local.
“Esta tercera operación para el conurbano bonaerense, que incluye la capital argentina y 17 municipios de su área metropolitana, permitirá optimizar la confiabilidad del sistema de potabilización y distribución el agua, disminuir pérdidas, ampliar el servicio de alcantarillado y expandir la capacidad de tratamiento de aguas residuales”, consignó un comunicado del BID.
Las obras se realizarán en el área donde presta servicios la empresa Agua y Saneamientos Argentinos S.A. (Aysa), e incluirán la rehabilitación y optimización de la planta de potabilización General San Martín, en el conurbano norte, a un costo de u$s 75 millones; la renovación de 130 kilómetros de cañerías de agua por un monto de u$s 35 millones; la ampliación de la Planta Norte de tratamiento de aguas residuales por u$s 99 millones; la extensión de 170 kilómetros de red cloacal en Hurlingham, Morón e Ituzaingó por u$s90 millones, y la construcción de 80 kilómetros de desagüe cloacal del distrito de Escobar, al noroeste de la Ciudad de Buenos Aires, con una inversión de u$s 45 millones.
Al final del proyecto 120.000 nuevos hogares contarán con suministro de agua nuevo o mejorado, y una población equivalente a 100.000 hogares tendrán servicio de tratamiento de sus aguas residuales, según se informó.
“Este es un importante desafío para Aysa, ya que en su zona de influencia se tienen cerca de 1,4 millones de personas sin acceso a agua potable y más de 3,5 millones de personas sin alcantarillado sanitario”, dijo Henry Moreno, jefe del equipo del proyecto del BID.
El plan contempla también la instalación de medidores en cinco distritos de alta densidad poblacional, con lo que se espera un ahorro importante en el consumo de agua.
Además, la presencia de medidores, sumada a la regulación de la presión hídrica en los cinco sectores, generaría una disminución del 40% en las pérdidas de agua, lo que representa un ahorro de 5.900 metros cúbicos al día.
