Puede parecer extraño. Pero funcionarios del gobierno nacional solicitaron a los gobernadores oficialistas que destinen parte de los recursos que les envía la Nación a fomentar la producción hortícola en los cinturones rurales que bordean a las grandes ciudades.
El motivo de tal pedido, según se les explicó a los gobernadores, es asegurar el aprovisionamiento urbano de frutas y verduras en un escenario de conflicto de largo alcance con el sector agropecuario.
En este marco, el miércoles pasado la presidenta Cristina Fernández de Kirchner firmó un acuerdo con ocho municipios bonaerenses para el desarrollo de la ‘agricultura periurbana’, a través del cual se otorgaron más de 20 M/$ en aportes no reintegrables para el desarrollo de la frutihorticultura en los partidos bonaerenses de Exaltación de la Cruz, Escobar, Mercedes, Lujan, Gral. Rodríguez, Marcos Paz, Moreno y Pilar.
Es decir: se trata de localidades cuyos productos agropecuarios se destinan fundamentalmente a abastecer a la ciudad de Buenos Aires.
En los lineamientos del convenio ‘que será instrumentado por la Sagpya y el INTA’ se indica que ‘se busca aumentar y organizar la producción de manera sustentable, especialmente en los períodos de baja oferta’.
‘La fruticultura bonaerense atiende a cinco millones de consumidores de Capital y el conurbano. Es un cordón clave en el plano productivo y también social, y por eso resulta estratégico fortalecerlo’, dijo el secretario, Javier de Urquiza, durante la firma del acuerdo. ‘Queremos que la frutihorticultura acentúe su importancia en la producción nacional de alimentos’, agregó.