Los legisladores explicaron, en una mesa redonda a la que Infocampo tuvo oportunidad de concurrir, el emblemático modelo de interacción entre el campo – Congreso y Gobierno que hoy es casi una utopía para la Argentina.
Desde hace varias ediciones, en las páginas de Infocampo se reflejó la realidad brasileña en materia de políticas pro-campo que colaboraron estrechamente para que hoy el país vecino esté posicionado como potencia mundial en la producción de alimentos y exportaciones de soja.
Ronaldo Caiado es uno de los precursores del Frente Parlamentario de Apoyo al Agro y la Ganadería, denominado Bancada Ruralista, que en la práctica es un grupo conformado por legisladores de distintos partidos que trabajan en la promulgación de leyes pro-campo y a la hora de votar lo hacen como un solo bloque. El legislador detalló que el crecimiento que experimentó Brasil en los últimos años no es una casualidad sino que es la sumatoria de políticas que favorecieron a la actividad.
Al mismo tiempo, Caiado cuenta que el edificio del Congreso está ubicado enfrente de la CNA (entidad gremial única de Brasil que tiene más de un millón de asociados), por lo que los diputados tienen constantes reuniones con los ruralistas en las que debaten ideas y futuros proyectos que puedan colaborar a seguir creciendo en los agronegocios.
Los números no mienten, y en éstos encuentra respaldo el creador de la Bancada Ruralista, quien explica nada más y nada menos que los agronegocios representan el 24% del PBI brasileño, el 37% del empleo de su país, y el 36% de las exportaciones totales.
En este contexto es el productor número uno en el ranking mundial de azúcar, café y jugo de naranja, con el 41%, 23% y 83%, respectivamente, en la participación del comercio mundial.
También es el segundo productor mundial de soja, acaparando el 39% del mercado total; números similares maneja la carne bovina y la de pollo, que lo posicionan segundo en la producción mundial y absorbiendo más del 30% del negocio mundial.
El ruralista detalló que la implementación de tecnología en la agricultura también jugó un papel fundamental para que la producción de soja creciera el 206%, pasando de las 19,4 millones de toneladas en la campaña 1991/92, a las 59,5 mi llones de toneladas de 2007/08.
Un claro ejemplo de que la tecnología juega un papel fundamental en Brasil es que el área destinada para el cultivo de soja, maíz y otros granos creció de 1991 al 2008 sólo el 22%.
Según Caiado, el acceso al crédito y políticas fiscales y comerciales claras hicieron el resto para que hoy Brasil sea una potencia mundial en los agronegocios mundiales.
En esta misma línea también es importante remarcar el papel que juega la Confederación Nacional Agropecuaria (CNA) en al agro brasileño. A diferencia de cómo ocurre en la Argentina, el gremialismo del país vecino está unido en una única entidad que fue creada por ley por el mismo Gobierno Nacional.
Esta entidad se solventa de los aportes de sus socios (más de un millón) y de aportes oficiales.
Así es que como en el Congreso el 40% de los legisladores pertenece a la bancada ruralista, al mismo tiempo en la CNA gran parte de sus dirigentes también cumplen el rol de legisladores en el Congreso, por lo que todas las preocupaciones o debates que nacen en el seno de la entidad gremial son trasladadas al Parlamento. Por mencionar a sólo uno, la vicepresidenta de la entidad rural es Kátia Regina de Abreu, también una de las legisladoras más emblemáticas de la bancada ruralista.
En lo que se refiere meramente al funcionamiento de la bancada ruralista, Caiado detalla que sobre los legisladores pesa fuertemente la opinión pública, ya que las sesiones son transmitidas en directo por la televisión e Internet, por lo que si algún diputado vota en contra de los intereses del agro la reacción del pueblo es instantánea.
Por su parte, el diputado Valdir Colatto explica que uno de los pilares dentro de la bancada ruralista es la defensa de los intereses del sector agropecuario.
El legislador también hizo hincapié en el agregado de valor a los productos primarios para crecer en exportaciones y al mismo tiempo en exportaciones, y que el vehículo indispensable para este fin es el financiamiento de la cadena productiva.
Claro que el crecimiento del sector agropecuario no es sólo producto de las acciones de la CNA y la bancada ruralista, ya que, contrariamente de lo que ocurre en la Argentina, cuentan con dos ministerios abocados a los temas ligados al sector agropecuario.
Así es que mientras en la Argentina existe la Secretaría de Agricultura, en el Brasil trabajan el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, y el Ministerio de Desarrollo Rural.
El primero tiene como objetivo promover el crecimiento de la producción, además de cuidar la sanidad y llevar adelante políticas para lograr más mercados y competitividad en éstos. Por su parte, el Ministerio de Desarrollo
Rural está enfocado en promover el desarrollo sustentable de la agricultura familiar que hoy se convirtió en una gran preocupación del gobierno brasileño, ya que estos pequeños agricultores manejan el 26,3% de la producción total del país y cuentan con pocos recursos, tecnología y capacitación para llevarlo adelante, por lo que se están implementando planes para incluirlos dentro de los agronegocios del país.
Ante este panorama es imposible no comparar la realidad brasileña con el caos que hoy está viviendo el agro argentino por el enfrentamiento con el Gobierno, fruto de la implementación de las retenciones móviles.
Frente a este esquema, los legisladores brasileños coinciden que es necesario que se llegue a un acuerdo entre el campo y el Gobierno para que la Argentina no pierda terreno en los mercados mundiales.
Al mismo tiempo afirman que no es imposible que el Parlamento argentino también defienda los intereses del agro, pero que para eso es necesario que el campo se organice y estudie los ejemplos de otras naciones.
Yanina Otero
