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Enfermedades de fin de ciclo en la soja

El uso conciente de fungicidas para manejar las enfermedades de fin de ciclo es una práctica que ha comenzado a ser relevante y cada vez cobra mayor importancia.

El uso conciente de fungicidas para manejar las enfermedades de fin de ciclo es una práctica que ha comenzado a ser relevante y cada vez cobra mayor importancia.
infocampo
Por Infocampo

La reciente aparición de la roya de la soja en el país tuvo un efecto positivo en cuanto a la capacitación de técnicos y productores en lo referente al manejo sanitario del gran cultivo que genera importantes dividendos a la producción argentina y beneficia no sólo al sector agropecuario sino también a la economía toda.

Esto se debió, en parte, a que el desconocimiento de dicha enfermedad y su potencialidad de daños generó dudas que debían saldarse.

Este monitoreo y revisión minuciosa de lotes reveló muchos problemas que teníamos pero que no resultaban de mucha importancia hasta el momento, básicamente dados por las enfermedades de fin de ciclo (EFC), representadas fundamentalmente por dos especies de hongos patógenos, Septoria glycines que causa la Mancha marrón, y Cercospora kikuchii , que causa el Tizón de la hoja y la Mancha púrpura, y se incorpora una tercera enfermedad a este complejo, conocida como Mancha ojo de rana y ocasionada por Cercospora sojina.

En la zona núcleo de producción de soja Septoria se ha indicado como la enfermedad de mayor importancia tanto en incidencia como en severidad.

El uso conciente de fungicidas para manejar las enfermedades de fin de ciclo es una práctica que ha comenzado a ser relevante y cada vez cobra mayor importancia.

Sin embargo, a la hora de poner en práctica esta tecnología son muchas las dudas que aparecen y las consultas son obligadas para lograr buenos resultados y no errar en el diagnóstico.

Entonces, tengamos en cuenta algunas cuestiones a la hora de pensar en la aplicación de estos fitosanitarios.

Es prioritario saber reconocer los síntomas causados por las enfermedades a campo, y monitorear los lotes a partir de floración, el umbral de acción recomendado se da cuando el 10 – 20% de la planta (desde abajo hacia arriba) presenta síntomas.

En general, los tratamientos con fungicidas tienen impacto en rendimiento cuando las aplicaciones se realizan de manera temprana, específicamente en el inicio de formación de vainas.

Los productos que contienen como ingrediente activo a alguna estrobilurina muestran mayores beneficios sobre la longevidad de las hojas cuando se los aplica en etapas tempranas.

Si se realizan aplicaciones tardías se está perdiendo un tiempo precioso en el cuidado del cultivo, pero hay resultados igual.

No tienen efecto sobre el rendimiento pero sí son recomendadas para lograr una semilla de calidad.

Joaquín Rabasa

Especial para Infocampo

El uso conciente de fungicidas para manejar las enfermedades de fin de ciclo es una práctica que ha comenzado a ser relevante y cada vez cobra mayor importancia.
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Por Infocampo

La reciente aparición de la roya de la soja en el país tuvo un efecto positivo en cuanto a la capacitación de técnicos y productores en lo referente al manejo sanitario del gran cultivo que genera importantes dividendos a la producción argentina y beneficia no sólo al sector agropecuario sino también a la economía toda.

Esto se debió, en parte, a que el desconocimiento de dicha enfermedad y su potencialidad de daños generó dudas que debían saldarse.

Este monitoreo y revisión minuciosa de lotes reveló muchos problemas que teníamos pero que no resultaban de mucha importancia hasta el momento, básicamente dados por las enfermedades de fin de ciclo (EFC), representadas fundamentalmente por dos especies de hongos patógenos, Septoria glycines que causa la Mancha marrón, y Cercospora kikuchii , que causa el Tizón de la hoja y la Mancha púrpura, y se incorpora una tercera enfermedad a este complejo, conocida como Mancha ojo de rana y ocasionada por Cercospora sojina.

En la zona núcleo de producción de soja Septoria se ha indicado como la enfermedad de mayor importancia tanto en incidencia como en severidad.

El uso conciente de fungicidas para manejar las enfermedades de fin de ciclo es una práctica que ha comenzado a ser relevante y cada vez cobra mayor importancia.

Sin embargo, a la hora de poner en práctica esta tecnología son muchas las dudas que aparecen y las consultas son obligadas para lograr buenos resultados y no errar en el diagnóstico.

Entonces, tengamos en cuenta algunas cuestiones a la hora de pensar en la aplicación de estos fitosanitarios.

Es prioritario saber reconocer los síntomas causados por las enfermedades a campo, y monitorear los lotes a partir de floración, el umbral de acción recomendado se da cuando el 10 – 20% de la planta (desde abajo hacia arriba) presenta síntomas.

En general, los tratamientos con fungicidas tienen impacto en rendimiento cuando las aplicaciones se realizan de manera temprana, específicamente en el inicio de formación de vainas.

Los productos que contienen como ingrediente activo a alguna estrobilurina muestran mayores beneficios sobre la longevidad de las hojas cuando se los aplica en etapas tempranas.

Si se realizan aplicaciones tardías se está perdiendo un tiempo precioso en el cuidado del cultivo, pero hay resultados igual.

No tienen efecto sobre el rendimiento pero sí son recomendadas para lograr una semilla de calidad.

Joaquín Rabasa

Especial para Infocampo

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