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Escuela Agronómica: "Será un hito histórico"

Ante la apertura de la primera escuela agronómica de la Ciudad de Buenos Aires, que dependerá de la UBA y tendrá un régimen similar al de los colegios Nacional de Buenos Aires y Carlos Pellegrini, El Federal reunió a sus responsables académicos para hablar del proyecto.

Ante la apertura de la primera escuela agronómica de la Ciudad de Buenos Aires, que dependerá de la UBA y tendrá un régimen similar al de los colegios Nacional de Buenos Aires y Carlos Pellegrini, El Federal reunió a sus responsables académicos para hablar del proyecto.
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Durante el ciclo lectivo 2008 comenzará a dictarse el primer curso de Nivelación e Ingreso a la primera escuela secundaria agrotécnica de la Capital Federal, que dependerá de la Universidad de Buenos Aires y funcionará en el predio de la Facultad de Veterinaria.

Para hablar del proyecto académico El Federal reunió a los principales responsables del proyecto: Marcelo Miguez, decano de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA; el agrónomo Carlos Cheli, coordinador de actividades de la escuela agropecuaria; el veterinario e ingeniero agrónomo Rodolfo Dell’Immagine, asesor del decano en el proyecto, y el profesor en Ciencias Naturales Gustavo Martínez, coordinador docente del curso de nivelación de la escuela agropecuaria.

– Voy a empezar al revés. ¿Por qué, en un país agrícola como la Argentina, la ciudad de Buenos Aires no tuvo antes una escuela agrotécnica?
Marcelo Miguez: Porque no surgió la posibilidad, o quizás no hubo una visión de la importancia que puede tener una escuela de nivel medio con esta orientación en la ciudad de Buenos Aires. Pero surge ahora gracias al crecimiento que está teniendo el sector agropecuario, con una visión mucho más específica de lo que es la gestión, fundamentalmente en temas de medio ambiente, la formación y la capacitación de los técnicos que van a trabajar en el resto del país. Quizás la visión de la escuela agropecuaria estaba muy orientada a la actividad específica del campo y nosotros nos planteamos formar técnicos con capacidad de gerenciamiento, o que por lo menos sean interlocutores válidos entre el profesional que va a llevar adelante la empresa agropecuaria y la producción propiamente dicha.
Rodolfo Dell’Immagine: Además, si bien con tres millones de habitantes recién ahora la ciudad de Buenos Aires tiene su primera escuela agropecuaria, el Gran Buenos Aires, que tiene ocho millones de habitantes, cuenta con una sola, que es en Quilmes.

– ¿La escuela se funda porque está creciendo el reconocimiento social hacia las actividades vinculadas al campo?
Dell’Immagine: Después de muchos años son necesarios en el país los estratos intermedios, los técnicos o los trabajadores capacitados. Desde la Universidad creemos que capacitarlos es una función del sistema educativo. La intención es formar un técnico capacitado para llevar adelante cualquier tipo de emprendimiento agropecuario, haciendo un paréntesis muy importante en lo social, la contención y la capacitación, que no es lo mismo que el asistencialismo.

– ¿Qué tipo de chicos pueden asistir a una carrera agrotécnica?
Carlos Cheli: Los chicos que vienen a esta escuela es porque tienen una vocación, que tiene que aparecer en el curso de nivelación e ingreso. Van a estar durante un año viniendo los sábados y una de las materias que van a cursar es Prácticas Agropecuarias, donde el chico va a comprobar si esa actividad le interesa. Ahora, una vez recibido el alumno con el título de Técnico Agropecuario y Agroalimentario, el espectro de posibilidades de carrera que se le abren es muy amplio. Veterinaria, ingeniería agronómica, tecnología de los alimentos, ciencias naturales, etcétera.

– O sea que los conocimientos que se imparten no se limitan a la agricultura aplicada, sino también a la investigación científica y tecnológica.
Cheli: Exactamente. El régimen de esta escuela será similar al de los colegios Nacional Buenos Aires y Carlos Pellegrini, que también dependen de la UBA.
Miguez: Hay que aclarar que además de esas carreras específicas que mencionó Carlos, a las que el alumno egresado podrá ingresar en forma directa sin hacer un curso de ingreso a la Universidad, también podrá ingresar a cualquier otra carrera universitaria de otras orientaciones, haciendo el correspondiente ciclo básico.
Dell’Immagine: El proyecto formativo es muy amplio. Las decisiones que pueda tomar el técnico son de acuerdo con la especialidad que elija, pero lo va a tener planteado durante la carrera. Hay biotecnología, genética, agricultura, veterinaria.

– Supongo que el curso de nivelación debe obedecer a los problemas de rendimiento que traen los chicos al secundario…
Gustavo Martínez: Sí, existen algunas diferencias de formación, pero en el curso de nivelación se van a tratar de equiparar los niveles. Precisamente, el curso de ingreso refleja las materias con problemas: Matemáticas, Química, Ciencias Naturales e Idioma (Lengua y Literatura). Son las materias con las que tienen mayor desnivel, según dónde hayan estudiado, y las que integran nuestro curso de ingreso, también por ser específicas para la carrera.
Miguez: Además, se agrega Prácticas Agropecuarias, que es la materia específica con la que los chicos van a ver cómo funciona el mundo del campo.
Cheli: La diferencia que se da con otras escuelas agropecuarias es que cuando los chicos comienzan en otras escuelas, en la provincia por ejemplo, aparecen muchas falencias y el docente ocupa mucho tiempo en poder nivelarlos para comenzar la carrera propiamente dicha. Mientras que, con este curso de nivelación, ya el primer día de clase los chicos estarán en condiciones de incorporar esos nuevos conocimientos que nosotros deseamos que incorporen.

– ¿Que la escuela funcione en una facultad como la de Veterinaria implica que se manejará bajo un régimen universitario?
Míguez: Para nada. Va a ser una etapa de transición y adaptación. Lo interesante es que el alumno, al estar cursando su séptimo grado, va a estar participando de un ambiente universitario, pero la idea es que sea una etapa de transición-adaptación para que después, cuando se curse el primer año de la escuela agropecuaria, ya haya una interrelación entre el alumnado de la carrera y el de la facultad. La intención es hacer un edificio aparte para la escuela. Una de las noticias que me transmitió el rector de la Universidad de Buenos Aires fue la posibilidad de hacer una construcción específica para la escuela agropecuaria dentro del predio.

– ¿El hecho de que el rector de la UBA, Rubén Hallú, sea médico veterinario, pudo haber influido en la apertura de esta escuela?
Míguez: Ayudó, porque es mucho más fácil explicar la idea a un interlocutor que sabe de qué estamos hablando. Nosotros trabajamos en este proyecto desde hace al menos tres años. Nuestro equipo se conformó en el trabajo en la educación agropecuaria. Carlos Cheli es director de una escuela agropecuaria, yo fui director de otra y tanto Dell’Immagine como Martínez trabajaron relacionados con Educación, Trabajo y las escuelas agropecuarias de la provincia de Buenos Aires, por lo cual ya veníamos trabajando en el tema.
Martínez: Con la ventaja de que tuvimos la posibilidad de realizar el programa nosotros mismos, que se da pocas veces.
Cheli: Además, desarrollar la escuela agropecuaria en este medio, con todos los elementos que necesita el alumno para estudiar y realizar las prácticas, mejores condiciones son imposibles.
Dell’Immagine: Si bien es la tercera escuela secundaria de la UBA, es su primera escuela tecnológica. Esta escuela será un hito histórico.

Gustavo Hierro

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