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Huertas: una alternativa que supera la producción

Además de su potencial como fuente de frutas y verduras, son una herramienta terapéutica para pacientes psiquiátricos, un medio de inserción para los detenidos en cárceles y el motor para el asociativismo.

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Por Infocampo

Con 25 años de historia, el Prohuerta alcanza a más de 4.200.000 personas en el país e impulsa la participación de las comunidades para que gestionen sus propios procesos de desarrollo local y territorial. Gracias a este enfoque, el programa trabaja con una diversidad de grupos sociales en hogares, escuelas, geriátricos y organizaciones que encuentran en la huerta una alternativa de empleo, inclusión, crecimiento, aprendizaje y hasta terapéutica.

“Pensar que el cuidado de las plantas se traslade a situaciones familiares es una de las cosas impensadas que puede generar la huerta”, señaló Adriana Arqueros, terapista ocupacional en los Talleres de Rehabilitación en Salud Mental, donde coordina un proyecto hortícola.

La especialista comentó que, a través de esas experiencias, “un señor que empezó a cuidar a su sobrina nieta, porque la veía crecer como crecían las plantas”. En principio, los cultivos se utilizan para trabajar la adaptación de los pacientes, pero “la idea es que aquellos que avanzan y quieren seguir con la actividad, lo puedan hacer y, de hecho, así sucede”, relató Arqueros.

En ese sentido, aseguró que “la huerta es la única actividad en la que participan todos y permite que se encuentren dos veces por semana” y remarcó la importancia del trabajo en la organización como medio para trasladarlo a las familias. “Muchos pacientes se llevan semillas y hacen las prácticas en sus hogares”, afirmó.

Arqueros indicó que “el trabajo hortícola resulta una gran excusa para trabajar las habilidades sociales y está dirigido a personas que estén estabilizadas, es decir, que ya tengan adherencia al tratamiento”. De este modo, “la intención es que los pacientes recuperen las habilidades que hayan perdido producto de la enfermedad”, agregó.

Por último, la terapista ponderó la articulación con el programa Prohuerta y describió: “Genera un compromiso muy valioso por parte de la población el hecho de saber que, al regresar unos días después, aquello que sembraron y cuidaron se transforma en una planta”.

Talleres de Rehabilitación en Salud Mental es una entidad ubicada en el barrio de Barracas que depende de la Dirección General de Salud Mental del gobierno porteño. Además de la huerta, allí se ofrecen actividades de herrería, pintura, carpintería y tapicería que permiten el tratamiento y rehabilitación psicosocial ambulatoria de personas con trastornos mentales severos.

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