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Influenza aviar: dónde está el peligro

La presencia en humanos de la cepa H5 N1 de la influenza aviar ya se cobró más de 70 víctimas en Asia y se propaga por distintos países, como Rumania y Turquía. Sin embargo, el alerta se despertó esta semana, ante la comunicación oficial de un brote de la enfermedad en tres granjas del departamento... Read more »

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Por Infocampo

La presencia en humanos de la cepa H5 N1 de la influenza aviar ya se cobró más de 70 víctimas en Asia y se propaga por distintos países, como Rumania y Turquía. Sin embargo, el alerta se despertó esta semana, ante la comunicación oficial de un brote de la enfermedad en tres granjas del departamento colombiano de Tolima. Si bien el virus detectado ya en el continente americano es del tipo H9, de baja patogenicidad, la falta de claridad sobre la forma de contagio es lo que mantiene en vilo a los expertos. La comunidad académica no logra ponerse de acuerdo en cuanto a la responsabilidad de las aves silvestres y su migración como trasmisoras del virus. Algunos, sindican la responsabilidad de la mutación de la enfermedad hacia los humanos en las “condiciones de promiscuidad con que se crían los animales en Asia”.

Sin embargo, las últimas informaciones habrían certificado también la presencia de la temible cepa H5 N1 en aves silvestres, con lo que su poder de irradiación empezó a adquirir relevancia.

En este contexto, Adrián Di Giácomo, director de Conservación de Aves Argentinas (una ONG dedicada al estudio y conservación de aves silvestres), detalló a Infocampo que existen básicamente dos corrientes migratorias entre EE.UU. y Canadá, y la Argentina.

“Tenemos un gran número de especies que migran del hemisferio norte, como el aguilucho langostero, que vienen por la cordillera; y otro grupo que migra a través de la costa y llega a la Patagonia.”

Este último incluye pájaros como chorlos o el conocido Batitú (Bastrania longicauda), que viven tanto en pastizales de la región pampeana, como en zonas marinas.

Di Giácomo recordó que octubre y noviembre son el pico migratorio, y cuantificó que “a los pastizales de la región pampeana llegarán unas 40 especies”, que podrían pasar por Colombia debido a que por su pequeño tamaño deben hacer paradas. Pero, también es cierto que algunos estados de EE.UU. y México hace años que tienen la enfermedad de manera controlada.

A nivel mundial, las autoridades de la Naciones Unidas alertan sobre una “inevitable” pandemia en humanos y corren contra reloj en la formulación de una vacuna, que requiere un mínimo de 6 meses. El problema es que el virus no deja de mutar. Pero existiría otra cuestión que despierta la suspicacia y es el hecho de que el foco detectado en Chile hace unos 2 años habría sido “provocado por el ingreso del virus a través de una vacuna”, según denunciaron fuentes del sector avícola nacional.

La prevención, la única alternativa para el país

Si bien en la Argentina no existen criaderos de patos y avestruces, especies de alta susceptibilidad al virus, el control exhaustivo de las aves domésticas y comerciales es el único camino para minimizar el impacto.

Según comentaron fuentes del Senasa, en el país se está realizando una constante vigilancia epidemiológica activa y pasiva, y control serológico en faena y traspatio, obviamente con resultados negativos. Además de que el Plan Nacional de Sanidad Avícola está más vigente que nunca, incluso con simulacros ya realizados en Entre Ríos, las medidas de prevención incluyen otras medidas, como la prohibición de ingreso de aves de países infectados y un exhaustivo control de todas las importaciones. También se recomendó a los productores que no permitan las visitas en sus plantas de otros criadores, y optimizar el aseo personal.

Marianela Garbini| mgarbini@infocampo.com.ar

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