El encarecimiento de los alimentos está logrando lo que siete años de conversaciones comerciales no consiguieron: derribar las barreras a la importación.
La ronda de Doha de negociaciones comerciales mundiales se halla estancada desde el 2001 porque los países en vías de desarrollo se negaban a reducir los aranceles de importación que protegen a sus agricultores y los países ricos no querían eliminar los apoyos agrícolas que otorgan a sus productores.
Ahora los aranceles de importación están bajando desde Brasil hasta Burkina Faso en respuesta a precios que el Banco Mundial dice que han subido 83% en los últimos tres años; y los subsidios en Estados Unidos y Europa están disminuyendo.
“Los precios de los alimentos han hecho por la liberalización de las importaciones lo que Doha no pudo logar en mucho tiempo’, dice Arvind Subramanian, experto comercial en Peterson Institute for International Economics, en Washington.
Desde principios del 2007, cuando los cereales empezaron a encarecerse, los países en vías de desarrollo han tomado varias medidas para aumentar las importaciones.
La India eliminó un arancel de 36% a la importación de harina de trigo, e Indonesia suprimió los gravámenes al trigo y la soja. Perú descartó los aranceles al trigo y el maíz. Turquía bajó los impuestos a la importación de trigo de 130% a 8% y a la importación de cebada de 100% a cero por ciento. Mongolia suprimió el impuesto al valor agregado a las importaciones de trigo y de harina.
En febrero Burkina Faso suspendió los impuestos de importación a cuatro tipos de alimentos básicos tras los disturbios que se produjeron en la nación africana por las alzas de los precios. Y es posible que Brasil elimine su impuesto de 10 por ciento a la importación de trigo. En conjunto al menos 24 países han reducido aranceles e impuestos al valor agregado, según un informe del Banco Mundial del 9 de abril.
En Estados Unidos se espera que los subsidios agrícolas caigan por debajo de los 8000 M/u$s este año, en comparación con 13.000 M/u$s en 2005, dice David Orden, investigador senior de International Food Policy Research Institute. El apoyo de la Unión Europea a los agricultores bajó en 10.000 M/euros (15.700 M/u$s) de 2004 a 2006, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, con sede en París.
“La perspectiva de que los precios de los alimentos se mantendrán relativamente elevados en el futuro ayuda a Estados Unidos a aceptar menores niveles de subsidios’, dice Carlos Marcio Cozendey, jefe del departamento económico de la oficina de asuntos exteriores de Brasil, en Brasilia. El país sudamericano encabeza un grupo de naciones que han trabado la ronda de Doha por los subsidios agrícolas de Estados Unidos y la Unión Europea.
Tras años de proteger su producción nacional de alimentos penalizando las importaciones, países como Indonesia y Filipinas, el mayor importador de arroz del mundo, de pronto están recibiendo el arroz estadounidense con los brazos abiertos, dice Song Seng-Wun, economista de CIMB-GK Research en Singapur.
“El estómago mueve las cosas más rápido que las conversaciones comerciales alrededor de una mesa’, dice Song. “Ahora los Gobiernos asiáticos no tienen otra opción que abrir sus sectores más delicados como la agricultura. De súbito la protección ya no es importante’.
En Estados Unidos y la Unión Europea los subsidios están desapareciendo automáticamente porque los apoyos al agro se basan en los precios mundiales. Los precios estadounidenses de los alimentos han subido 6,5 por ciento este año.
El ministro de Agricultura de Filipinas, Arthur Yap, instó hoy a China, Japón, India y otros países asiáticos a convenir una junta de emergencia sobre la crisis de alimentos, reunión que podría realizarse en abril o mayo.
Fuente: Bloomberg

