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La sequía sigue amenazando al trigo

La falta de precipitaciones continúa agravando la condición de los plantíos en el norte de la región triguera. En algunas zonas como la región central de Santa Fe y en el extremo nordeste de Córdoba, las heladas también agudizaron la situación de muchos lotes

La falta de precipitaciones continúa agravando la condición de los plantíos en el norte de la región triguera. En algunas zonas como la región central de Santa Fe y en el extremo nordeste de Córdoba, las heladas también agudizaron la situación de muchos lotes
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Por Infocampo

El último relevamiento de la Bolsa de Cereales, al 25 de septiembre, indica que las lluvias deberían retornar en lo inmediato para evitar un mayor deterioro productivo en el norte de la región triguera. Particularmente en los cuadros tempranos que se encuentran en alargamiento de nudos y en espigazón.

El informe indica que los cuadros que han entrado en esta etapa han definido el número de espiguillas y sólo una abundante reposición de humedad podría quebrar mermas mayores en los rindes. Solamente lluvias de buen volumen a corto plazo, por ejemplo, podrían sostener un rendimiento máximo de 12 q/ha en cultivos implantados en la zona de Porteña, Freyre, Colonia Marina, Brinkmann y Altos de Chipión, en el norte de Córdoba.

No son mejores las perspectivas de los cultivos espigados hacia el norte de Jesús María y mucho peor en los implantados en Santiago del Estero con serio riesgo de perderse. En Santa Fe, en la zona de Los Cardos, Cañada Rosquín y María Juana, la falta de agua perjudica a los cuadros en formación de espiga, algunos de ellos con daños ya irreversibles. La falta de reposición de humedad alcanza también al este de Córdoba (Marcos Juárez y Unión), particularmente al oeste de estos departamentos, aunque no es tan marcada como en las regiones anteriormente descriptas, por lo que de sobrevenir precipitaciones adecuadas habrá una buena recuperación del final del macollaje y el principio de la encañazón. En algunos sectores del oeste del departamento de Caseros, en Santa Fe, se visualiza similar escenario. En el centro sur de esta provincia, norte y noroeste de Buenos Aires, si bien se nota cierta escasez de humedad a nivel superficial, las reservas en los horizontes inferiores son adecuadas, por lo que los plantíos evolucionan sin inconvenientes.

Similar escenario se plantea en el centro y en el sudeste bonaerense, si bien en esta última zona las reservas hídricas disminuyen paulatinamente hacia el oeste. De este modo se está frenando el desarrollo del cereal en el sudoeste de Buenos Aires y en el centro sur de La Pampa, donde una helada probablemente haya afectado a lotes en la fase de encañazón. Similar fenómeno se produjo en algunas áreas de Azul, Benito Juárez y Balcarce y en las zonas costeras de Necochea y San Cayetano, aunque se estima sin daños importantes en los plantíos porque se encuentran en la fase inicial o en pleno macollaje.

En esta última región se observan lotes puntuales afectados por enfermedades foliares, algunos con daños sensibles, que afectarán parcialmente el rinde potencial. Finalmente el panorama agrícola de la Bolsa de Cereales indica que la superficie sembrada nacional para esta campaña y para el trigo de todo tipo se sostiene en 6.090.000 hectáreas.

Panorama hídrico

Según el último reporte de Climagro, la perspectiva prevista los próximos días continuará trayendo cierto alivio a las zonas que requieren urgentes aportes hídricos, como lo son los casos del Noroeste Argentino, el oeste y centro de la Región Chaqueña y el oeste y norte de la Región Pampeana.

Las precipitaciones esperadas serán también muy oportunas en el resto del área agrícola, pero no alcanzarán para satisfacer la totalidad de los requerimientos de humedad que requieren las distintas zonas. El este de Chaco y Formosa, la mayor parte de Misiones y Corrientes, el este de San Luis, el centro y sur de Córdoba y Santa Fe, la casi totalidad de Entre Ríos y la mayor parte de La Pampa y Buenos Aires, poseen reservas hídricas relativamente abundantes, pero durante las últimas semanas el calor y las escasas lluvias determinaron un proceso de secado de los suelos que hace necesarios nuevos aportes de humedad.

Es probable que, en lo que queda del invierno y la primera parte de la primavera, las lluvias sigan concentrándose sobre la franja oriental del área agrícola. Por su parte, la porción mediterránea del área agropecuaria corre el riesgo de continuar recibiendo precipitaciones dispersas que serán insuficientes para causar una buena recarga de los suelos.

Es también probable que los lapsos con temperaturas superiores a lo normal continúen alternándose con cortas pero intensas irrupciones de aire frío que causarán peligro de heladas tardías.

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