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Maíz temprano: oportunidades y riesgos de acortar distancias entre hileras

Mientras la siembra de maíz temprano no logra tomar fuerza porque no llegan las lluvias, una especialista en el cereal señala que hay muchos factores que evaluar para avanzar o no con una reducción de las distancias entre las hileras.

Lucas Mich
Por Lucas
Mich

¿Se puede pensar en distanciamientos de siembra de maíz temprano entre líneas de apenas 42 y 35 centímetros para esta temporada?: la respuesta de muchos especialistas y productores es afirmativa al respecto.

“Cuando hay mejores condiciones hídricas apuntamos a rendimientos objetivos superiores que en campañas secas como las que pasaron. Como consecuencia de mejores o peores escenarios hídricos, uno decide entre estrategias más defensivas o agresivas”, sostiene la investigadora del Conicet y experta del INTA Pergamino, María Elena Otegui.

Ocurre que, entre las principales estrategias ante un buen escenario hídrico, están la distribución de épocas de siembra -las que serán mayormente tempranas-, la modificación de la densidad de plantas, y por qué no, el acercamiento de las hileras, metodología que en los últimos años fue avanzando a pasos agigantados.

CLAVES PARA EL MAÍZ TEMPRANO

No obstante, para la especialista, si se aumenta la densidad, no hay razón para acercar hileras ya que más plantas por m2 aseguran capturar luz al inicio dl período crítico (15 días antes de floración).

“El acercamiento obedece a utilizar distancias similares a soja, que ya acortó de 52 a 35 cm y ‘ver si anda’ en maíz”, aclaró Otegui.

Sin embargó, tendría sentido acercar hileras para mejorar la captura de luz cuando se baja densidad ‘por las dudas’ la lluvia no acompañe.

“En los últimos años avanzó el acercamiento de hileras en la siembra de maíz en la decisión de muchos productores que lo hicieron por impulso propio y no como una recomendación. Pasar de 52cm a 42cm o 35cm, es una estrategia que generará las mismas dudas que hubo cuando se pasó de 70cm a 52cm, pero entiendo que se puede comenzar a generalizar”, destacó a Infocampo la investigadora.

Maria Otegui

Maria Otegui, investigadora del CONICET

Para la especialista, es una medida que tiene que ver con una cuestión de practicidad, de sus operaciones con distintas plataformas. Sin embargo, dijo que al principio, pueden aparecer híbridos “que quizás no se comporten tan bien ante esa decisión, como ocurrió cuando se estrechó hileras a 52cm”.

En ese sentido, aclaró que si eso ocurre, muy difícilmente las empresas de semillas podrán generar una rápida respuesta sobre cuál será el mejor o peor híbrido para achicar distancias, porque en ese aspecto, al menos, casi todos los planes de mejoramiento siempre corren desde atrás.

Un plan de mejoramiento no cambia su espaciamiento entre hileras rápidamente”, insistió Otegui.

PRUEBA Y ERROR

En su momento, los productores no demoraron mucho tiempo en adoptar 52cm en siembras de maíz y no sería extraño que ocurra lo mismo, suponiendo que se instale un espaciamiento menor.

“Los productores hacen prueba y error sobre qué híbridos les conviene. Pero deben prestar mucha atención con la densidad que utilizan. Aumentar la densidad y estrechar hileras, puede significar un ambiente desfavorable para aquellos híbridos que son un poco más sensibles al sombreo mutuo entre plantas, porque pueden aumentar altura y tener tallos más finos, volviéndose más proclives a vuelcos”, manifestó.

tren de siembra

En ese marco, recomendó indagar sobre materiales que tengan hojas más erectas, más pegadas al tallo, en vez de más planas. “Si es un material de hojas más erectas, aumentar la densidad y acercar hileras seguramente no es una decisión tan peligrosa, porque deja pasar más luz a través del cultivo”, explicó.

En cambio, sostuvo que un material de tipo más folioso, con hojas más acostadas, más planófilas, quizás sean mayormente riesgosos para iniciar un planteo de acercamientos de hileras en el cultivo de maíz.

Además, otro de los motivos que lleva a los productores a acercar hileras en máiz es la búsqueda de mejoras en el control de malezas. “Otra buena razón que aducen los productores para acercar hileras es cubrir antes el suelo, evitando que se escapen algunas malezas y ayudando así al trabajo del herbicida pre-emergente”, recordó la investigadora.

PREOCUPACIÓN POR LA RECARGA DE LOS PERFILES

Para Otegui, es imperiosa la recuperación de la carga de agua en los perfiles del suelo con vistas a la siembra de maíz.

“Si bien los pronósticos de año “El Niño” nos sugiere implantar el maíz más temprano, debemos mirar cuán cargado están los perfiles de suelo para que esa decisión sea positiva”, admitió la especialista.

Sin embargo, destacó que en años como el que se plantea, es normal que “lleguemos a la primavera con los perfiles cargados, algo que aún no está ocurriendo en muchos lugares porque el otoño fue seco y el invierno es la época más seca del año en la región Pampena”; De esta manera, tendrá que esperarse a la recuperación hacia la primavera.

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“En los cultivos de verano el segundo metro de agua en los perfiles es la caja de ahorro para producir con tranquilidad, pero hoy en la región núcleo esa medida de agua no la tenemos”, indicó con preocupación.

No obstante, a pesar que va a costar llenar ese segundo metro en los perfiles del suelo en esta región, para la entrevistada “el año sigue presentándose favorable para producir maíz”, aunque no hay que olvidarse “que venimos de tres años extrayendo agua del suelo sin buena reposición en profundidad”, concluyó.

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