La semillera Monsanto dijo a través de un comunicado que el modelo de negocios a implementar en la Argentina para la nueva soja transgénica debe “garantizar el cobro de derechos” por las patentes biotecnológicos, al tiempo que dijo desconocer cualquier tipo de decreto de necesidad y urgencia para regular en la materia, según publica puntobiz.
La información que fue publicada en la pàgina web del Ministerio de Agricultura de la Nación anticipaba que la regulación a sancionar iba a descartar cualquier tipo de mecanismo de cobro que fuera más allà de la que los productores puedan pagar al comprar la semilla.
Tal medida iría en contra de un esquema que Monsanto ya puso en funcionamiento en la presente campaña sojera, aunque pore ahora circunscipta a la cosecha proveniente del Noroeste Argentino. El productor tiene la posibilidad de pagarla al adquirir la semilla, o bien como resultado de una auditoria realizada en el circuito de comercialización y exportación, cuando se detecte su naturaleza transgénica de segunda generación.
Coin todo, voceros de Monsanto valoraron como “muy positivas” las ideas vertidas por el Jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Dr Aníbal Fernández, en la reunión realizada (el martes 19 de mayo) entre los integrantes de las cadenas de cultivos y las autoridades nacionales. Allí Fernández reafirmó la decisión del gobierno nacional de “promover la biotecnología como política de Estado, y reafirmar que las biotecnologías patentadas deben contar con un adecuado reconocimiento a la propiedad intelectual”.
“También vemos con agrado que haya un debate para instalar políticas públicas para resolver el problema del mercado ilegal de semillas y la bolsa blanca, que conspira contra la investigación y desarrollo”, agregaron las mismas fuentes de Monsanto, al tiempo que reafirmaron que “la tecnología Intacta RR2 PRO está protegida por patentes en Argentina y goza de la protección de las leyes locales y tratados internacionales”.
Renglón seguido, Monsanto reafirmó que seguirá adelante “con la implementación de un modelo de negocios que garantice el reconocimiento de sus derechos a través del cobro de una contraprestación por cada uso de su biotecnología. El reconocimiento de los derechos de propiedad intelectual es clave para mantener el ciclo de la innovación agrícola en toda la industria, para atraer las inversiones necesarias, mantenernos competitivos en el comercio mundial y, en última instancia, para apoyar la introducción continua de nuevas tecnologías”.
La multinacional ratificó además su compromiso de “trabajar con los productores y los grupos relevantes de la industria, los socios y las agencias gubernamentales para asegurar que las nuevas biotecnologías estén disponibles para los productores argentinos a través de múltiples opciones que permitan incrementar los beneficios económicos, sociales y ambientales”.
