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"El sector molinería se está saneando"

En una entrevista concedida a Infocampo (es poco frecuente que lo haga) el empresario abordó múltiples aspectos de esta actividad, desde la creciente formalidad hasta la posibilidad de que arriben grupos brasileños.

En una entrevista concedida a Infocampo (es poco frecuente que lo haga) el empresario abordó múltiples aspectos de esta actividad, desde la creciente formalidad hasta la posibilidad de que arriben grupos brasileños.
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Por Infocampo

El sector molinero argentino estáviviendo un buen momento traccionado en gran medida por la fuerte demanda mundial del producto y se está convirtiendo en un importante exportador mundial.

Este fenómeno es producto de que en países líderes de producción de trigo, como Australia, están afrontando malas campañas productivas.

Al mismo tiempo las compensaciones que otorga el Gobierno, sobre el valor del trigo, para que el precio del pan no se dispare en el mercado interno siguen siendo un tema de discusión entre los empresarios del sector. Según explican los industriales, los reintegros son recibidos con importantes demoras por lo que las pequeñas y medianas empresas deben soportar una carga financiera muy importante sobre sus espaldas. El presidente de Molino Chacabuco,

Diego Crespo, analiza la actualidad de este sector en Infocampo.

-¿Cómo describirías este año para la molinería en la Argentina?

-Es un año muy particular en primer lugar por la fuerte demanda que hay en el mundo de la harina ya que fracasaron importantes campañas trigueras por lo que la Argentina al ser un productor efeciente de trigo y harina consigue posicionarse en el negocio proyectando con mucho ímpetu a destinos como Brasil y Bolivia.

– Según la Sagpya la industria está moliendo más que en años anteriores ¿Esto es así realmente?

-En realidad habría que ver bien los números, pero creo que no se está moliendo más, me parece que se saneó el sector a partir de 2006 de cuando el Gobierno igualó el IVA en toda la cadena de trigo (tributan pan, harina y trigo al 10,5%). Esto fue un factor muy importante para que el sector finalmente se saneara, no solamente el industrial sino incluso en las panaderías se está alcanzando una formalidad impositiva y previsional muy importante.

– ¿Creés entonces que las estadísticas anteriores no registraban una molienda que existía pero que no

-Exactamente, creo que ésta acción fue un golpe muy importante para esa molienda marginal y por supuesto ha favorecido a aquellos molinos como el nuestro que trabajamos oficialmente.

-¿Y las compensaciones que estableció el Gobierno también contribuyeron a incrementar la formalidad del sector?

-Sí, porque en la medida que para presentarse en la Secretaria de Comercio y en la Onccca para solicitar las compensaciones en la compra de trigo, los molinos debían demostrar que sus compras habían sido en blanco, y esto elimina a todos aquellos que no operan de esta manera.

-La igualación de la cadena del IVA fue positiva, pero al mismo tiempo la política antiinflacionaria y las restricciones energéticas también complicaron al sector. ¿Cuál sería el saldo de estas situaciones?

-Creo que cualquier gobierno del mundo cuida su mercado interno, y acá, en otra circunstancia, el precio de la harina hubiera aumentado muchísimo, lo que también habría impactado en el valor de otros productos; por eso es lógico que se haya aplicado un sistema de compensaciones.

Al mismo tiempo me parece que esta situación lo tomó al gobierno de imprevisto, por lo que tuvo que sacar resoluciones apurado y por lo tanto no con la prolijidad y el consenso que se requería para que sean equilibradas.

-Molino Chacabuco accedió desde un primer momento a las compensaciones. ¿Hoy cómo lo calificarías?

-Es muy difícil calificarlo porque pasamos distintos momentos. Obviamente a medida que avanzó el 2007 y la diferencia de los $370 que fijó el Gobierno como valor del trigo y el verdadero precio del mercado se iba ampliando la brecha se extendía, lo que provocaba que los molinos tuviéramos que afrontar una diferencia financiera muy importante.

– ¿Estas diferencias financieras se dieron por el retraso en el pago de las compensaciones también?

– Sí, claro, porque este sistema al haberse organizado de una manera apresurada tiene algunas fallas y por ahí hay demoras en los pagos que van de los 60 a los 90 días. Esto afecta sobre todo a los molinos como el nuestro, que somos medianos, ya que debemos pagar un trigo que está prácticamente el doble del precio que marcó el Gobierno y soportar por este tiempo esta importante carga financiera.

-¿Es preocupante para el sector que con este incremento de las retenciones al trigo al 28%, mientras que las de la harina se quedaron en el 10%, los países vecinos podrían poner trabas para que la Argentina no exporte tanta harina?

-Podría ser, pero de todas maneras nuestro país tiene una capacidad limitada de exportación en este momento y tampoco es tan fácil incrementar la producción, porque de un día para el otro no se pueden levantar nuevos molinos. Además el mercado brasileño al que concurre nuestra molinería es muy grande y las exportaciones de nuestro país no dejan de ser un porcentaje menor.

-¿Podría ser que capitales brasileños también quieren incursionar en la molinería argentina por esta razón?

-Es una posibilidad que podría darse ya que estamos en un mundo globalizado y podría pasar lo mismo que con la industria frigorífica. Pero no es para asustarse, porque cada uno ya tiene su clientela de muchos años y no cambiaría el negocio de las firmas locales. De nuestra parte, el molino no está en venta.

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