La protesta agropecuaria por el incremento a las retenciones de los granos llegó a niveles insospechados en su comienzo. Las cuatro entidades del sector se unieron para cortar rutas con el pedido de derogación de la medida. Un hecho histórico que también despertó opiniones en todos los sectores de la sociedad. El analista político Rosendo Fraga comentó a Infocampo su visión del conflicto y el porqué de tal cortocircuito entre el campo y el Gobierno.
-Cuando el Gobierno tomó la medida de incrementar las retenciones al 44%, ¿no pudo prever que los productores agropecuarios iban a reaccionar de esta manera?
-Ante todo estamos ante un hecho histórico. Este paro es prácticamente único en la historia del sector por su extensión y desde el punto de vista social. Sin lugar a dudas el Gobierno no lo vio venir, no esperaba que el sector se uniera contra esta medida, y al mismo tiempo esta resolución fue tomada desde una óptica totalmente cuarentista, con esto quiero decir que utilizan la misma metodología que Perón, identificando al productor como un gran terrateniente que vive de la renta y no hace absolutamente nada más.
-¿Cuál es su análisis sociológico de los que están llevando adelante la protesta, porque si bien hay grandes grupos de siembra no son los que están saliendo a cortar rutas?
-Por supuesto, esto tampoco lo puede entender el Gobierno. Huboun gran cambio en el sector agropecuario en los últimos años; laclase media que se debilitó en las zonas urbanas se fortaleció en las rurales, entonces los que protestan no son ni grandes empresarios ni chacareros, son la clase media, hay profesionales, técnicos y productores. Hoy el campo le da trabajo directa o indirectamente a millones de personas y esas personas son la clase media de las zonas rurales que quieren trabajar y seguir creciendo.
-¿Cuál sería la posición que tendría que tomar el Gobierno con esta realidad de ahora en más?
-Lo primero que tienen que hacer es convocar al diálogo y no seguir buscando el enfrentamiento. El sector agropecuario dice, con toda razón, que desde que asumió como ministro de Economía, Martín Lousteau jamás buscó el diálogo y la concertación.
-En este contexto, ¿cómo encuentra la unión de las entidades del agro en esta protesta con perfiles de asociados tan dispares?
-Se nota claramente que el campo está unido en su totalidad en el reclamo, pero lamentablemente no hay una conducción realmente unificada, entonces la protesta corre peligro de caer en la anarquía y el desborde. La solución sería que los dirigentes de las cuatro entidades tengan un diálogo fluido y no caigan ante los intentos de ruptura que intenta ejecutar el Gobierno.
-¿Y el papel del ciudadano de las zonas urbanas?
-El Gobierno también está intentando oponer al campo contra la ciudad con el discurso del gran terrateniente que anda en su camioneta 4×4, pero claramente no lo ha logrado. Esta es otra de las estrategias del Gobierno para que la protesta se diluya al igual que la ruptura interna.