Los precios de 276 dólares por tonelada para diciembre, en Chicago, comienzan a parecerse a aquellos récord de mediados de los 90 (sólo que aquel dólar era más fuerte que éste). Si todo el trigo argentino se exportara, como ocurre con la soja, tal cual o molido, sobrarían los motivos para festejar.
Pero el hecho de que un tercio de la cosecha (aproximadamente) se consuma localmente para fabricar alimentos que consumen los argentinos ha derivado en una serie de medidas de intervención, que hoy sumen al mercado en una gran incertidumbre.
“Hoy no conseguís trigo, y si te lo entregan tenés que pagarlo $580”, me contaba esta semana un empresario vinculado al negocio de la harina.
Los informes de las casas corredoras indican, efectivamente, que la molinería está pagando esos valores para el trigo conocido como “Artículo 12” (de aptitud molinera) y más también (hasta 590 por 30% de gluten).
En tanto, el valor FAS teórico que da la Secretaría de Agricultura para ese mismo día (el miércoles 29) era de $622, mientras que los contratos forward a diciembre se hacían a unos 180 u$s/t o $576.
Ante esta coyuntura de mercado, parece que los productores que todavía tienen el cereal y no están apurados por el efectivo tienden a colocar el cereal de la cosecha pasada en la nueva.
“Si te ponés a pensar, no tiene sentido vender en el mercado interno a $570 y esperar los $40 de la compensación de la Oncca a no menos de 60/90 días, cuando podés hacer un contrato forward con la exportación y listo”, explicaba el corredor.
Así, se habla de que un millón de toneladas en mano de los productores/ acopios será roleado para la nueva cosecha. El empresario harinero, que opera en el mercado interno, no paraba de despotricar por esta situación. “Los productores quieren recibir precio lleno y encima vender en negro”, se quejaba. “Para colmo, los molinos están exportando más que nunca porque la harina en Brasil está en el equivalente de los $70 la bolsa, y eso sí les da para pagar el trigo a $580”, concluía.
Sin embargo, desde la molinería sostienen a que gracias a la exportación pueden sostener un valor artificialmente bajo para la bolsa de harina en el mercado interno.
Por otra parte, es evidente que el sistema de reembolsos no está dando la respuesta necesaria, aunque esta situación no es achacable a la Oncca. Con una molienda mensual promedio de 360.000 toneladas para volcar al mercado interno y una diferencia promedio de $60 entre el precio de compra de trigo y el precio de abastecimiento ($370) fijado por el Gobierno,
las compensaciones sólo por junio debieran haber sumado $21,60 millones. En los hechos, al jueves 30 los molinos llevaba cobrados $2 millones por junio (el 10%).
El negocio triguero está esperando señales desde el Gobierno: cuándo y cómo se abrirán los registros de exportación, y qué sistema se utilizará para compatibilizar altos precios internacionales con abastecimiento del mercado interno a precios bajos, son las dos principales inquietudes por estos días. A todo esto hay que esperar que el clima no le juegue desfavorablemente a las perspectivas de cosecha, porque será un factor más.
Javier Preciado Patiño / jpreciado@infocampo.com.ar