Mientras el Estimador Mensual Industrial del Indec daba a conocer que en los primeros cinco meses del año la producción de agroquímicos creció 11% respecto de igual período de 2006, malas noticias rodeaban a esta industria.
Por un lado, la falta de gas que motivó un análisis tres semanas atrás en esta misma sección volvió a golpear a las empresas del polo petroquímico de Bahía Blanca.
Allí está radicada Profertil, con su planta de 1,2 Mt de urea, que por segunda vez en lo que va del año tuvo que ser parada por falta de suministro del fluido. Al miércoles acumulaba 13 días sin actividad, lo que implica 45.000 toneladas de urea dejadas de producir.
El parate se produce cuando el productor está sembrando el trigo con un precio de 150dólares la tonelada a cosecha (versus 100 a igual fecha del año pasado), en tanto que el maíz aparece con un piso de precios muy sostenido también, en el orden de los 120 dólares. Ambos cultivos son altos demandantes de nitrógeno.
El riesgo real es que falte nitrógeno para la siembra del maíz, por esta razón y por las que veremos más adelante.
Porque no es la única mala noticia, lamentablemente. Al momento de escribir estas líneas (el miércoles por la tarde), en el Ministerio de Trabajo se realizaba la cuarta reunión para destrabar el conflicto que el Sindicato de Trabajadores Químicos de Zárate mantenía o mantiene con el grupo de empresas radicadas en ese polo industrial.
No es la cuestión aquí debatir si la razón está del lado de las empresas o del sindicato, sino expresar que al miércoles 20 de junio hacía diez días que ninguna de las empresas allí radicadas estaba produciendo.
No producía fertilizantes Petrobras, ni producía agroquímicos Monsanto, ni Bayer, ni la Asociación de Cooperativas Argentinas, para mencionar sólo aquellas que son de interés para la producción agropecuaria.
Decimos que no es una buena noticia, porque el país se prepara para tener una campaña agrícola excepcional, con crecimiento en el área de maíz que podría llevar la producción nacional a un súper récord de 30 millones de toneladas. Y eso requiere insumos.
Pero esta producción agrícola, de la cual nos enorgullecemos todos los argentinos, incluidos los funcionarios, tiene que estar sustentada en un aparato productivo eficiente.
La Argentina, lo dijo recientemente Miguel Ángel González, presidente de Atanor, cuando estuvo frente a la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, es uno de los pocos países que cuenta con una industria de agroquímicos propia, que le provee a sus productores fitosanitarios a precios competitivos. Los otros dos países que tienen algo similar son los Estados Unidos y China.
Por algo, compañías indias recientemente han desembarcado en nuestro país comprando empresas de fitosanitarios como Reposo y Síntesis Química SA.
En el sector de los fertilizantes las caras de preocupación abundan. Es que por un lado no sólo se interrumpe la producción, sea por conflictos gremiales, sea por falta de energía, sino que el abastecimiento de nitrato de amonio ha quedado tambaleando por las nuevas normas del Renar en materia de explosivos, que podría derivar también alguna complicación respecto del UAN (aunque no por el lado de Petrobras, que aparentemente no tiene complicaciones para cumplir con la normativa).
Algunos jugadores de este mercado, también se sienten encorsetados porque el precio artificialmente bajo de la urea, gesto hecho para el Gobierno cuando los costos subían más que los granos, le quita competitividad a los suministros importados.
Según se sostiene, una tonelada de urea importada ingresaría al país a 440 a 450 u$s/t, versus 300 u$s/t del acuerdo a retirar del puerto. Asismismo se menciona que la unidad de nitrógeno del UAN está 20% arriba de la urea, debido a esta particular situación del mercado.
La semana pasada reflejábamos en estas páginas que, aun así, un importante acopio del sur de Santa Fe, que tiene toda su logística preparada para nitrógeno líquido, lo seguirá utilizan- do, aunque resigne margen.
La cuestión de fondo es cómo desde el Gobierno se estimula un ambiente de negocios favorables a las inversiones, que permitan capturar en su plenitud este excepcional momento.
