El martes, al mediodía, directivos de las entidades rurales ya circulaban por el primer piso del edificio de Paseo Colón, rumbo a las entrevistas con el funcionario de Agricultura.
El âcarameloâ era participar de la administración de ese fondo, que resulta ser un número interesante: 60 veces más que el que maneja el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna.
Con el apuro del Gobierno de querer anunciar la constitución del fondo antes el viernes 22, se salió a buscar los consensos.
Pero los líderes de las entidades no parecen sentirse muy atraídos por esta propuesta. Es que razonan que una cosecha que apunta a ser nuevo récord, posiblemente de 84 millones de toneladas, más precios superiores a los de la campaña pasada, crean de por sí un plus de recaudación por derechos de exportación. â¿Para qué quieren, entonces, subir 2 puntos más las retenciones?â, se preguntan los dirigentes.
Por otra parte, tienen fresco el recuerdo del aumento de las retenciones a los lácteos, dispuesto por Lavagna, cuyo excedente supuestamente iba a volver a los productores bajo la forma de créditos blandos u otros subsidios. La realidad es que apenas $9 millones fueron reservados para este propósito en el presupuesto.
La idea del fondo es que los productores aporten u$s170 millones, otro tanto los exportadores, y otro tanto el Estado.
Pero los productores piensan que la cuota de los exportadores va a terminar siendo puesta por ellos, por medio de una baja en el precio de los granos. âAl final, nos terminarían descontando 4 puntos porcentuales más en el precioâ, imaginan.
Dicen también, que en estas reuniones se planteaba esta opción como el mal menor. La alternativa serían retenciones móviles, que alguien imagina como un termómetro: suben pero no bajan.
Lo cierto es que la creatividad en materia de âsolucionesâ para el mercado mantiene absoluta vigencia. Al cierre de esta edición (el jueves) se decía que la resolución ya estaba firmada y que el anuncio era inminente.