El nuevo “acuerdo” lácteo se terminó de concretar ayer miércoles en el marco de una convocatoria organizada en la ciudad de Buenos Aires por el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno. El documento aún debe ser firmado por la ministra de la Producción Débora Giorgi.
Lo curioso es que, si bien la semana pasada el gobierno anunció que el acuerdo comprendía el compromiso de la industria láctea de pagar entre 0,77 y 0,81 $/litro a los tamberos, en el texto firmado ayer esa cláusula desapareció.
“La industria que ha reconocido esa banda, entre 0,77 y 0,81, que vamos a hacer que se respete, porque es necesario que el sector que industrializa también respete los acuerdos”, dijo el jueves pasado la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante un discurso ofrecido en la ciudad cordobesa de Villa María.
Sin embargo, el acuerdo en cuestión con las usinas es sólo “de palabra”, dado que una disposición legal vigente (decreto 2284/91 de “desregulación económica”) impide establecer precios mínimos o máximos.
De esta manera, el compromiso de las firmas integrantes del Centro de Industrias Lácteas (CIL) y de la Asociación de Pequeñas y Medianas Industrias Lácteas (Apymel), en lo relativo a pagar un piso de 0,77 $/litro, es sólo una cuestión de buena voluntad.
El texto del acuerdo, firmado ayer por CIL, Apymel y dirigentes de las entidades lecheras de Córdoba (Caprolec), Santa Fe (Meprolsafe), La Pampa y Santiago del Estero, sólo hace referencia al subsidio de 0,20 $/litro aplicable sobre los primeros 3000 litros de tambos que produzcan hasta 12.000 litros diarios (esta medida fue oficializado hoy jueves).
Durante la reunión realizada ayer en la oficina porteña de Moreno, las partes se comprometieron a volverse a reunir en unos veinte días para analizar el avance del “acuerdo”.
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