Publicidad Cerrar X

Tambos: con menos pastoreo y más silaje

Es la fórmula para que el negocio sea más rentable y no pierda competitividad. Mientras que en Estados Unidos una vaca produce 24 litros por día de leche, en la Argentina son sólo 14. El sector debe afrontar una transformación en su escala productiva e imitar las experiencias exitosas.

Es la fórmula para que el negocio sea más rentable y no pierda competitividad. Mientras que en Estados Unidos una vaca produce 24 litros por día de leche, en la Argentina son sólo 14. El sector debe afrontar una transformación en su escala productiva e imitar las experiencias exitosas.
infocampo
Por Infocampo

El mes pasado Infocampo publicó una nota en la que se hacía referencia a una tendencia mundial en la lechería con Estados Unidos a la cabeza: la intensificación productiva. Un informe del

Departamento de Agricultura (Usda) de este país sostiene que de los 340.000 tambos que había en Estados Unidos en 1980, para 2003 quedaban 80.000.

Al respecto, el nutricionista Ramón Gorosito explica que en este país están desapareciendo los tambos chicos, a razón de 5.000 por año y se calcula que para el 2020 sólo quedarán 15.000. El especialista detalla además que el número ideal estipulado para que los tambos tengan “altísima” eficiencia es con un rodeo de 3.000 vacas en ordeñe.

En promedio en la Argentina una vaca produce 14 litros por día por año, y en Estados Unidos esa cifra se eleva a 24 litros. La proyección que tienen estos últimos es llegar en el 2020 a 31 litros.

Sin lugar a dudas estos números reflejan las diferencias productivas que hoy tiene la Argentina. Gorosito explica que para que la lechería nacional no pierda competitividad debe sumarse a esta tendencia y que la clave fundamental para lograrlo está en dejar de lado la alimentación a pasto y pasar al silaje.

El nutricionista explica que se evolucionó mucho en híbridos de maíz para silo, que en algunas zonas están rindiendo entre 60.000 y 70.000 kilos de materia verde por hectárea. Si se analiza son 20.000 kilos de materia seca producidos en cuatro meses contra los 6.000 que produce una excelente pastura a lo largo de todo el año.

Otro punto fundamental a tener en cuenta es que el silo permite la planificación del año productivo respecto de la alimentación a pasto. Al mismo tiempo otra de las contras que según Gorosito presenta la producción a pasto es el pisoteo y bosteo que el animal ejerce sobre el lote cada vez que ingresa para alimentarse, por lo que en definitiva se termina aprovechando sólo el 50% del producto.

El especialista cuenta un caso puntual que actualmente está asesorando. En un tambo que tiene en producción entre 800 y 1000 vacas, se sembró alfalfa y se clausuró el lote. El productor eligió ensilar por lo que cosechó el 100% de ese material y de esta manera no tiene que hacer verdeo de invierno y puede reducir 30% la superficie de maíz para silo que hará el año que viene.

Gorosito es categórico en sus declaraciones y explica que sí o sí la lechería argentina debe cambiar porque de lo contrario desaparecerá El bienestar animal también ocupa un papel fundamental dentro de esta tendencia. El confort del rodeo cumple un papel importante para lograr una mayor producción de leche.Gorosito detalla que si bien los productores nacionales están tomando conciencia falta aún mucho camino por recorrer en el sector.

Seguí leyendo:

Temas relacionados: