Tienen mucho para decir y de allí el nombre de su agrupación: Yaipotá Ñanerendú, que significa “queremos que nos escuchen”. Desde hace tres años, esta experiencia del Programa Federal de Apoyo al Desarrollo Rural Sustentable contiene a comunicadores populares del departamento de Goya (Corrientes): campesinos con escasas extensiones de tierra e ingresos provenientes de la venta de sus productos. Con su organización, editan la revista Vivencias de mi Tierra y producen un programa radial, Compartiendo lo nuestro, para diferentes emisoras locales.
Como este caso, una veintena de organizaciones populares de todo el país se reunirán desde hoy y hasta el 23 de noviembre en San Miguel de Tucumán, en el marco del encuentro Experiencias en Comunicación Popular, con el lema “El rol del Estado como garantía del derecho a la comunicación”. El encuentro cuenta con el acompañamiento de una multiplicidad de instituciones públicas entre las que se cuentan el INTA, la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) y los ministerios de Agricultura y Desarrollo Social de la Nación, además del ISER y las universidades nacionales de La Plata, Quilmes y Tucumán. Durante las tres jornadas, se debatirá acerca del lugar que debe ocupar el Estado y sus instituciones, como garantes del derecho a la comunicación de todos los ciudadanos.
“Más allá de una definición académica, entendemos a la comunicación popular como parte de un proceso relacionado con las organizaciones que trabajan desde lo popular y no necesariamente con los medios de comunicación, sino en la integración de la comunidad, transmitiendo lo que hacen, sus vivencias, sus experiencias”, dijo Francisco “Pancho” Zelaya, técnico del INTA Famaillá y coordinador del programa Pro-Huerta en Tucumán. En este sentido, comentó, la comunicación popular tiene que ver con quién genera y quién participa en esos procesos.
En la misma línea, Walter Barberán, del Instituto de Cultura Popular (Incupo), describió en un programa radial el lugar protagónico de esos actores sociales: “Estamos hablando de un campesino que no es una cuestión folclórica, un pobre. Estamos hablando de un actor social y político que aporta con su producción, con su sabiduría, con su identidad, con su música, con su palabra, con su forma de caminar al desarrollo de los pueblos”.