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Un posible episodio de “Niña” afectaría la cosecha gruesa

La evolución climática de la campaña por iniciarse apunta a volver a poner a prueba la capacidad y resistencia de productores y técnicos. Las precipitaciones llegarían tarde para la cosecha fina.

La evolución climática de la campaña por iniciarse apunta a volver a poner a prueba la capacidad y resistencia de productores y técnicos. Las precipitaciones llegarían tarde para la cosecha fina.
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Por Infocampo

Según datos de la Fundación Climagro, y como anticipó hace una semana el Semanario Infocampo hace diez días, aproximadamente un 50% del área triguera sufre falta de humedad y el 50% restante cuenta con reservas suficientes para garantizar un buen arranque de los lotes, de manera que, aunque se presentase una sequía de primavera, los rendimientos y la calidad alcanzarían un buen nivel.

Están con comienzo de sequía en el oeste de Santiago del Estero, noroeste de Córdoba, sur de La Pampa y sur de Buenos Aires.

Durante los próximos meses se conjugarán algunos factores que harán disminuir las lluvias: el océano Pacífico Ecuatorial se encuentra por debajo de su temperatura normal, configurando un estado cercano a un episodio débil de “La Niña”. El enfriamiento estacional del continente, que tiene lugar en forma normal en esta época del año, reducirá la posibilidad de que se reciban aportes de humedad significativos.

Éstas y otras causas implicarían que la llegada de las lluvias primaverales sufrirían cierto atraso, no produciéndose entre septiembre y octubre, como es lo normal, sino entre fines de octubre y comienzos de noviembre.

Sólo la segunda parte de la primavera y el verano podrían experimentar lluvias normales.

Para la cosecha fina, este cambio llegaría demasiado tarde para mejorar el estado de los lotes en las zonas que empezaron la campaña con insuficientes reservas hídricas y, por el contrario, provocarían la incidencia de enfermedades y dificultarían la cosecha.

En lo que hace a la cosecha gruesa, el posible desarrollo de un episodio de “La Niña”, afectaría en forma diferencial a las principales especies estivales.

El girasol podría dar buenos resultados en las zonas que iniciaron la campaña con buenas reservas hídricas, siempre y cuando las mismas sean manejadas con eficiencia, de manera que lleguen a la época de siembra en buen estado. En las que no cuenten con adecuadas reservas, su siembra sería arriesgada.

El maíz se vería expuesto a un impacto similar o mayor que el sufrido en la campaña que toca a su fin en la mayoría de su área de cultivo, ya que su éxito depende en gran medida de las precipitaciones de comienzos de primavera, que serían las más afectadas.

Por su mayor plasticidad, la soja podría sortear con éxito la amenaza en tanto se la siembre con buena disponibilidad de agua en el suelo.

En cualquier caso, las circunstancias imponen la necesidad de administrar bien las reservas de humedad y de pensar muy bien las decisiones.

Fenómeno

“La Niña” consiste en un enfriamiento de las aguas del océano Pacífico Ecuatorial, que reduce la formación de lluvias durante la primavera y el verano sobre las regiones Chaqueña, Mesopotámica y Pampeana de la Argentina, mientras que el NOA suele experimentar precipitaciones por encima de lo normal.

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