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Una cabaña de lana Merino al pie del cerro Nahuel Pan

La vivienda trabaja con 1.800 ovinos de la raza Merino australiano y bovinos Herehord y Polled Hereford

La vivienda trabaja con 1.800 ovinos de la raza Merino australiano y bovinos Herehord y Polled Hereford
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Por Infocampo

Luego de 17 kilómetros de recorrido desde la ciudad de Esquel llegamos a la estancia El Cóndor, el establecimiento ganadero de Michael Gough, enclavado en medio de los cerros de la precordillera. En un lugar muy parecido al paraíso. O por lo menos lo que uno se imagina que debería ser el paraíso.

La cabaña trabaja con 1.800 ovinos de la raza Merino australiano y bovinos Herehord y Polled Hereford.

“Principalmente producimos lana. En estos días comenzaremos con la esquila de la totalidad del rodeo”, dice Gough y nos muestra con orgullo el bellón blanco y profundo de uno de sus animales más preciados, un carnero que compró recientemente en Australia.

Ventas

En cuanto a la comercialización de la producción, el productor señaló que “se trata de un negocio puntual y el total es destinado a una firma de confección de indumentaria de alta calidad exportable, principalmente para el mercado italiano, que es el mayor demandante de la lana de la zona.

“Actualmente la estamos vendiendo entre 3,20 y 3,30 dólares por kilogramo”.

“Hay que tener en cuenta que a mayores rendimientos y menor finura, menores serán los precios. Por eso nosotros focalizamos el planteo en la calidad”, agregó.

Esquilan los carneros y se venden a los 4 o 5 meses de esquilados. “Participamos desde hace tiempo en la exposición de Esquel, donde hemos obtenido importantes premios”.

“Vendemos entre 250 y 280 reproductores por año. A campo se cotizan entre 200 y 300 pesos más IVA”, mencionó el empresario.

De tradicion

El lugar donde se desarrollan estas actividades tiene condiciones óptimas para la producción ovina.

“Es precordillera, aquí nosotros trabajamos con una carga animal de 1 oveja o 1 oveja y media por hectárea”, referenció.

El campo de los Gough tiene casi 100 años de tradición en la producción de lana. “Heredé esta propiedad de mi bisabuelo galés que llegó a estas tierras a fines del siglo XIX. Su hijo comenzó con esta cabaña en el año 1912, tenían ovejas Merino argentino y puros por cruza”, recordó. Y agregó que “desde que me hice cargo del establecimiento trabajo con Merino australiano y realizamos tareas de mejoramiento genético para obtener animales de buen pedigrí”.

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