El grupo agroindustrial Vicentín, fundado en la década del 20, se convirtió en un claro ejemplo de compañía nacional que logró expandirse y pasar a convertirse en uno de los más grandes de su sector.
Las patas de su negocio están integradas por la producción, procesado y exportación de soja, con el agregado de valor como aceites y harinas; los hilados y algodón mediante su empresa controlada Algodonera Avellaneda, la producción de biodiésel con Renova, y la venta de agroquímicos genéricos en donde importa el principio activo, lo formula localmente y lo vende con marcas propias. Es así que, junto con su unidad de carnes con el frigorífico Friar, factura anualmente alrededor de $4.000 millones.
Ahora la empresa se sigue expandiendo hacia otros rubros y no duda en asociarse con otras grandes compañías de distintos sectores con el fin de liderar en diferentes segmentos.
Es así que formó una asociación con la gigante Dreyfus para comprar el 54% de la láctea Milkaut, que hasta el momento está en manos de la Unión General de Tamberos y que debido a falencias económicas deben desprenderse de su parte. El 40% restante está en manos de la firma francesa Bongrain, y un 6%, de accionistas privados. Aún no se cerró la operación y su competidora directa es Adecoagro, quien también quiere quedarse con la láctea.
Al mismo tiempo, semanas antes Vicentín no dudó en sumar a Molinos Río de la Plata en su negocio del biodiésel que maneja en partes iguales junto con Glencore. De esta manera, Molinos desembolsó u$s53 millones por el 33% de las acciones, y ahora se prevé una inyección de capital para hacer crecer aún más a esta compañía que tiene una capacidad de producción de 480.000 toneladas/año.
Hoy Vicentín lidera en el negocio de los biocombustibles, ya que con la empresa que tiene por cuenta propia y Renova suma en total 420.000 toneladas.
En este contexto, las acciones de Vicentín no se detienen, ya que también recientemente adquirió el 20% de Atosa, firma que busca quedarse con el 51% de las acciones de Terminal Puerto Rosario, que actualmente está en medio de una convocatoria de acreedores, con un pasivo de más de $70 millones.
De esta manera, Vicentín pasaría a operar en el puerto de Rosario y desde el Enapro (ente administrador que lo regula) confirmaron que el traspaso accionario estaría pronto a concretarse e incluso se espera un plan de inversión en infraestructura por un monto global de u$s40 millones.
La firma actualmente opera en su terminal del Puerto de San Lorenzo, desde donde embarca granos, aceites y subproductos.
La firma cuenta además con una planta de molienda multigrano en Ricardone, cerca del Puerto de San Lorenzo (al norte de Rosario), con capacidad para 5.400 toneladas por día de soja; una segunda planta de molienda también en San Lorenzo, construida en 1997 y ampliada en su capacidad en 2005, para producir unas 16.000 toneladas diarias, y una planta de refinación de aceite en Avellaneda con capacidad para refinar 120 t/día y envasar 5.600 litros por hora.
Por último, en lo que hace a algodón tiene plantas de desmote en Chaco (Gral. Pinedo y Villa Ángela), Santiago del Estero y Santa Fe (Avellaneda), más una hilandería en esta última localidad.
Así es que ahora Vicentín está buscando entrar al negocio de los lácteos y suma una nueva ubicación en el Puerto de Rosario, además de seguir creciendo en el promisorio negocio de los biocombustibles.
Yanina Otero
(Nota publicada en la Edición de Hoy del Semanario Infocampo)