Bioceres y el INTA no sólo desarrollan nuevas variedades del cultivo, impulsan el desarrollo que apunta al resposicionamiento de esta alternativa productiva. La visión de los protagonistas de este desafío.
Bajo el lema “la triguización argentina”, empresarios e investigadores debatieron acerca del futuro del cultivo en el país. Representantes de Bioceres y del INTA expusieron los avances en del trabajo que vienen desarrollando. “Queremos impulsar la producción triguera en el país de 16 millones de toneladas a 25. Para eso hay que trabajar en el mejoramiento de todos los aspectos de la cadena productiva, tenemos mucho que aprender sobre los mercados, las características de nuestros actuales y futuros compradores”, dijo a Infocampo Gustavo Grobocopatel, presidente de Bioceres. “Somos líderes en la producción de soja y apuntamos a serlo también en trigo. Vamos por la triguización nacional y eso se logra con un alineamiento de los diferentes sectores por eso apuntamos a la experiencia en años de investigación de especialistas que aporten las herramientas para lograrlo en el corto plazo”, señaló el empresario.
Amadeo Nicora, vicepresidente del INTA comentó que “el objetivo del instituto es generar tecnología para el desarrollo del cultivo. Necesitamos encontrar alternativas para la soja, eso nos permitirá mantener y conservar el sistema productivo”.
Respecto de las investigaciones que se desarrollan en el marco del convenio entre Bioceres y el INTA, Jorge Nisi, del Programa de Mejoramiento Genético de la institución comentó trabajan en tres etapas para el mejoramiento de las variedades, combinan trigos diferentes en una sola planta. “Cruzamos los primaverales con los invernales buscando cultivares de maduración rápida y de alto rendimiento. Para probar la adaptación a cada zona, tenemos una red de semilleros donde se realizan pruebas en quince localidades del país”, explicó el especialista. Respecto del proceso de selección comentó que “el mejoramiento es un proceso acumulativo, competitivo y continuo”. En cuanto a las estrategias para aumentar los rendimientos finales señaló que trabajan con trigos semienanos y con los invernales con los que lograron aumentar la producción en 15 por ciento. Asimismo, con los sintéticos que lograron incrementar los rendimientos entre 10 y 15 por ciento. “Estas variedades darán en los próximos años el salto productivo en el país”, dijo Nisi. En cuanto a los porcentajes de proteína para aptitud panadera, puntualizó que “lograron mantener niveles estables”.
Héctor Milisich, genetista del INTA enumeró las características de las variedades comerciales desarrolladas. Se trata de la serie Biointa, 1000, 2000B y 3.000. Explicó que uno de los objetivos es crear cultivares que puedan ser fácilmente adoptados por el productor. “Estamos ingresando en el mercado nuevas variedades que no vienen a competir con otras, sino a cubrir necesidades que otras no contemplan”, resaltó Milisich. Esta es la primera serie de una secuencia que vendrá.
Verónica Puig
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