“Con una nueva voluntad política y el compromiso de líderes a nivel mundial, podríamos alcanzar la meta fijada en 1996”, señaló David Harcharik, director general adjunto de la FAO, en Guatemala, en el marco de la Conferencia Latinoamericana del Hambre Crónico.
Líderes de 186 países se comprometieron en la Cumbre Mundial de la Alimentación en 1996 en el marco de las Metas de Milenio, a reducir a la mitad el número de desnutridos para el 2015, ello significa bajar de 820 millones de subnutridos que existían en 1990-1992 a 410 millones en el 2015.
Metas. Al ritmo actual del progreso en la lucha contra el hambre, algunos países y sub-regiones de América latina y el Caribe podrán alcanzar esa meta, pero será difícil lograrlo en toda la región dada la desigualdad de condiciones en la que se encuentran los distintos países.
Los subnutridos se ubican en su mayor parte en las áreas rurales, es por eso que para terminar con el hambre hay que dar una alta prioridad a la agricultura y al desarrollo rural, y en especial a la agricultura familiar, que se encuentra muy descuidada.
El incremento de los niveles de pobreza en América latina durante la última década, y los niveles de desigualdad (que se ubican entre los más altos del mundo), hacen difícil cualquier trabajo de recuperación que se intente. El agro es una esperanza.
