Ya rige oficialmente la prohibición de faena de animales chicos. Esta medida generó en su momento un gran debate entre los productores, que ahora acatan, pero esto recién comienza y las repercusiones ya se hacen sentir.
“En el Mercado de Liniers los precios se fueron para arriba, ya no hay terneros, lamentablemente esto no se puede sostener más y los precios van a aumentar indefectiblemente en todas las carnicerías, un kilo de milanesas puede llegar a costar entre $ 13 y $ 14 cuando hoy ronda los $ 9”, sentenció Alberto Williams, vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Capital Federal.
Por su parte, Rodrigo Troncoso, gerente de la Cámara de Engordadores de Hacienda Vacuna, habla de la controvertida medida y explica: “El objetivo no era malo, pero creemos que el camino era con incentivos. Sin lugar a dudas, los costos de producción van a aumentar porque producir animales más pesados es más ineficiente”.
“Es evidente que hubiera sido más inteligente desde el punto de vista del Estado buscar el incentivo de que se aumente el peso faena de los novillos, pero para eso habría que poner incentivos fiscales y, como sabemos, el Estado argentino (puntualmente el ministro de Economía) no está dispuesto a poner dinero en estas medidas”, cuenta muy acertadamente Enrique De León Belloc, presidente ejecutivo del Grupo Pilagá.
Una realidad demasiado simple, un Estado que obliga, productores que deben acatar, y en el medio los consumidores, que pagan un precio demasiado caro para sus bolsillos.
Por ser chancho siempre queda en el medio
Luego que el Gobierno cerrara la frontera a todos los productos cárnicos de Brasil, el gerente de la Cámara de la Industria de Chacinados y Afines advirtió: “Argentina es importador de carne de cerdo brasileña y esta medida provocó un desabastecimiento de materia prima. A raíz de esto los productos que sufrirán más el aumento serán el jamón cocido, crudo y la bondiola”.
En contraposición, Juan Luis Uccelli, presidente de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos, sentenció: “Noy hay desabastecimiento, el cierre de la frontera con Brasil no cambia la situación. Si la industria aumenta es totalmente injustificado. Lamentablemente siempre se le echa la culpa al chancho”.
Yanina Otero
yotero@infocampo.com.ar
Criadores viven al ritmo del clima
El oeste pampeano recibe el impacto de la decisión del Estado de restringir la faena de animales por debajo de los 300 kg. Un invierno muy seco y escasas precipitaciones en la primavera dejan al productor con campos que se achican y pueblan de categorías improductivas en su estructura.
Bajos precios para los livianos, tanto machos cuanto hembras, y un aumento en la demanda de vaquillonas. Para Hugo Olmos, de Ganadera Pampeana, el impacto “se ha notado en la ternera que llevaban los feedlots; ahora, la compran los invernadores, pero el precio es inferior”. Javier Andueza, de Néstor Hugo Fuentes, está de acuerdo con la medida, pero señala que no respeta los tiempos del ciclo ganadero afirmando que “si las cosas siguen así, en cuanto al clima, el perjudicado va a ser el productor que tiene que sacar su mercadería muy liviana”.
Sorprendido, Pablo Ratto, de Martín G. Lalor, observa “una situación difícil, porque la carne aumentó en el mercado y esto es lo contrario a lo que quería el Gobierno. “Acá la gente se está tomando las cosas muy en serio, entiende que la calidad está por encima del volumen “, dice Hugo Olmos. Aun apretado por las circunstancias climáticas y políticas, el productor ve un mercado en crecimiento.
Walter García
Corresponsal de Infocampo en La Pampa
