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Por la intervención el mercado de granos argentino funciona como un auténtico “reino del revés”

Sobra soja. Pero la demanda ofrece un premio por la oleaginosa. La oferta de trigo será muy inferior a la esperada. Sin embargo, el cereal tiene un descuento del orden del 40%.

Sobra soja. Pero la demanda ofrece un premio por la oleaginosa. La oferta de trigo será muy inferior a la esperada. Sin embargo, el cereal tiene un descuento del orden del 40%.
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Por Infocampo

La destrucción del sistema de formación de precios de los granos instrumentada por el gobierno nacional está generando la aparición de un auténtico ‘reino del revés’ en el ámbito agrícola local.

Todos los piden que bajen las retenciones a la soja deberían saber que el derecho de exportación efectivo vigente sobre la oleaginosa hoy es del 33,5% (mientras que la retención nominal es del 35,0%).

Esto no es obra de la caridad de los exportadores ni mucho menos, sino una suerte de ‘premio’ para que los productores se desprendan del aún abultado stock remanente de soja 2007/08.

Ayer miércoles la exportación en el UpRiver ofreció por la soja disponible un precio máximo de 830 $/tonelada, mientras que su capacidad teórica de pago (FAS teórico) se encontraba en 810 $/tonelada.

Si estuviésemos en una país normal, la soja seguramente no tendría premio alguno, sino más bien descuentos, porque la demanda no tendría ningún apuro en acelerar compras con un remanente enorme del ciclo 2007/08 y a pocos meses del ingreso de la nueva cosecha.

Pero estamos en la Argentina, donde la mayor parte de los productores están atravesando ‘por el combo bajos precios + sequía’ una profunda crisis de ingresos y necesitan que su producto valga todo lo que tiene que valer. Por eso muchos aún se niegan a vender su soja.

Veamos el caso del trigo. Ayer miércoles el mejor precio ofrecido por el cereal en la zona de influencia de Rosario fue de 380 $/tonelada. Si la retención nominal (23,0%) fuese equivalente a la efectiva, entonces el valor ofrecido por la exportación debería haber sido del orden de 505 $/tonelada.  
Esto implica que el derecho de exportación efectivo vigente sobre el trigo (retención nominal + descuento aplicado por los traders) es del 41%.

A mediados del año pasado se esperaba una cosecha argentina de trigo del orden de 14,5 millones de toneladas. Ahora sabemos que no va a ser superior a las 9,0 millones de toneladas.

En un país normal, ante la menor producción del cereal, la competencia entre exportadores y molinos hubiese hecho que los precios ofrecidos se ubicasen por encima de la capacidad teórica de pago.

Las causas de semejante desfasaje no son ningún misterio: las exportaciones del cereal están virtualmente cerradas por la Oncca y las compañías exportadoras aplican una suerte de ‘seguro de riesgo’ a los precios ofrecidos en el mercado interno.

Este hecho es particularmente grave porque se produjo en plena cosecha del cereal, con lo cual aquellos productores más pequeños, que no cuentan con espalda financiera, debieron vender su grano al momento de cosechar; los que no tienen urgencias financieras pueden guardar su grano y esperar una mejor oportunidad para comercializar su producto.

Supuestamente, el gobierno nacional, al reconocer esta situación, pagó subsidios a los productores de trigo. Pero en los últimos dos años ‘desde que comenzó a operar el régimen de compensaciones’ los pagos destinados a decenas de miles de productores de trigo fueron de 210 M/$, mientras que en el mismo período un puñado de industrias molineras recibió subsidios por 1160 M/$.

En un país normal, los mejores precios que se habrían ofrecido por el trigo hubiesen ayudado a compensar las enormes pérdidas de rindes que hubo en la mayor parte de las zonas productivas por la sequía.

Pero los bajos rendimientos se encontraron con precios horribles. El cultivo entonces generó, ‘en la mayor parte de los casos’ grandes pérdidas y, con tales antecedentes, es probable que el área de siembra del cereal en 2009/10 se derrumbe a niveles insólitos.

En un país normal, los mayores precios ofrecidos por el cereal serían una señal para que muchos productores se decidieran a sembrar trigo en la próxima campaña. Algo que no va a suceder.

Si María Elena Walsh tuviese que reescribir hoy la canción del ‘Reino del revés’, seguramente lo haría inspirada en lo que sucede en el mercado de granos local.

Ezequiel Tambornini

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