Los integrantes de la cadena de valor vitivinícola encontraron una manera de conseguir asistencia financiera sin caer en el pedido de eliminar los derechos de exportación, que en el caso de ellos es de cinco puntos porcentuales. En lugar de eso, concentraron sus energías en solicitarle al Gobierno Nacional que el 50% de ese dinero fuera destinado a un fondo para financiar proyectos de pequeños y medianos productores. Lo lograron.
El miércoles se firmó un convenio de cooperación entre la Nación, las principales provincias productoras de vino y mosto, y la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), a partir del cual el sector recibirá este año 54 millones de pesos, proveniente de las retenciones, para desarrollar esquemas asociativos entre los pequeños y medianos productores y las bodegas.
El presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Guillermo García, aseguró en dialogo con Infocampo que ‘las bodegas exportadoras saben que cualquier mejora que los productores puedan realizar en sus sistemas productivos repercutirá en la calidad de los productos que ellas compran para elaborar sus vinos de exportación. Por ello, toda la cadena está impulsando esta propuesta’.
Desde el Gobierno Nacional indicaron que el dinero podrá ser utilizado, entre otras cosas, para la instalación de mallas antigranizo o la incorporación de sistemas de riego a sus plantaciones.
La Coviar, en forma conjunta con las provincias, será la encargada de canalizar la ejecución de acciones en el marco de este Programa de Asistencia para la Cadena de Valor Vitivinícola de la Sagpya.
Ésta no es la única buena noticia. Este miércoles, el sector concretó otro de sus proyectos. El Banco Interamericano de Desarrollo les habilitó un crédito por u$s50 millones para impulsar la integración de los pequeños y medianos productores a la cadena vitivinícola.
Así, se asistirán a 60 grupos asociativos integrados por alrededor de 1.800 productores primarios y cerca de 60 bodegas nucleadoras líderes. El proyecto contempla que cada bodega será la cabeza de un grupo conformado como mínimo por 10 productores, con quienes firmará un contrato de compra de la producción por 10 años. La Coviar, en tanto, capacitará a los productores con el objetivo de aumentar su productividad.
Las mejoras repercutirán también en las bodegas. De esta manera, cada grupo se integra a un plan estratégico, y se cierra el círculo virtuoso del sector.
Estos proyectos se articulan, a su vez, en el plan estratégico a 2020, en el que está trabajando el sector con el objetivo de que la vitivinicultura argentina se posicione en forma sostenible entre las más destacadas del mundo para ese año.
Las acciones de este plan se financian con el aporte de 0,5% del valor del litro de vino en el mercado de granel, que realizan las bodegas. En total, son cerca de $16 M por año.´
(artículo publicado en la edición de hoy de Infocampo Semanario)
