El Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires informó que a pesar de las intensas inundaciones que afectaron a gran parte de la Provincia, comenzó la siembra de maíz en algunas regiones como el oeste y el centro, donde se están sembrando cuadros altos porque el piso permite el ingreso de las maquinarias y el agua no perjudicaría la normal implantación del cereal.
Según la Dirección de Planificación y Gestión del Uso Agropecuario de los Recursos Naturales, en el norte de la Provincia los suelos se encuentran con su capacidad de retención de agua colmada, lo que presupone buenos resultados en la siembra y una excelente reserva de agua para el desarrollo posterior de los cultivos de maíz principalmente.
Se estima que seguirán las lluvias hasta octubre, profundizando la humedad de los suelos y presentándose una oportunidad histórica para países como la Argentina a la hora de consolidarse como segundo exportador mundial de maíz y ocupar nuevos mercados.
Por otra parte, en la zona del sudeste bonaerense, la recuperación del estado hídrico de todo el perfil del suelo que venía afectado por deficientes precipitaciones aumenta la probabilidad de una buena evolución de los cultivos de fina, principalmente trigo pan, trigo candeal, cebada cervecera y avena para granos; y daría condiciones favorables para la siembra de los cultivos de grano grueso.
Esto es consecuencia de los registros de lluvia de agosto de los partidos de Tres Arroyos, Gonzales Chaves y San Cayetano que han superado significativamente a los valores del mismo mes durante 2011 y al promedio de los últimos 30 años. Para destacar es el caso de Chaves, que lleva acumulado 930 milímetros en el período enero-agosto, superando al total acumulado en todo 2011 (800 milímetros).
Desde la Chacra Experimental de Barrow, en Tres Arroyos, aseguran que esta situación obliga a planificar las actividades de los próximos meses en materia de agricultura y ganadería. En el primer caso, se recomienda adelantar en lo posible la época de cosecha teniendo en cuenta ciclos de materiales y época de siembra; diversificar cultivos, épocas de siembra, cultivares; fraccionar en lo posible la fertilización nitrogenada ante posibles pérdidas de nitrógeno por lavado; y prever la posibilidad de las aplicaciones aéreas de herbicidas y fungicidas, entre otras cosas.
En el caso de la ganadería, se aconseja prever las reservas forrajeras, la concentración de animales en zonas altas y con disponibilidad de reservas; evitar el pastoreo en condiciones sin piso por compactación y destrucción de pasturas y monitorear los problemas sanitarios en los animales ya que están demasiado concentrados.

