El segmento de los alimentos para mascotas es una parte cada vez más destacada de la cadena de valor de los agronegocios. Como mostrábamos en el Semanario pasado, entre 2001 y 2012, las exportaciones pasaron de 19.000 a 120.000 toneladas, convirtiendo un déficit en la balanza comercial de 5 millones de dólares (eran más las importaciones que las exportaciones) en un superávit de u$s120 millones. Al mismo tiempo, el mercado interno se expandió en forma geométrica, generando una demanda legítima que consolida la actividad.
Parte de este boom es Compañía de Alimentos y Cereales SA, una empresa radicada en Río Cuarto (Córdoba) y que es parte del pool de negocios de la familia Otero.
Fundada por Ovidio Otero, la empresa arrancó con el negocio ganadero en campos ubicados en Justo Daract (San Luis) y Río Cuarto.A principios de los 90, los Otero adquirieron un molino de maíz (por el método de molienda seca), con cuyos productos abastecieron a la industria de la cerveza y de los snacks.
Tras la salida de la convertibilidad incorporan el sistema de extrusión al proceso de transformación de los granos, con lo cual ingresaron en el negocio de los alimentos para mascotas.
Hoy la empresa ha quedado focalizada en este segmento, compitiendo en las tres líneas que se maneja en el negocio: la económica, la media y la premiun.Así han podido desarrollar productos como Capitán, Cacique y Mister Pet en cada una de ellas. Pero el eje del negocio están puesto en los premiun, por mayor retorno y porque licua el desbalance del IVA entre los cereales y el alimento terminado.
La capacidad de la planta es de 1.000 toneladas mensuales, lo cual puede considerarse media, y está siendo operada a una producción real de 600 toneladas.La competencia por posicionar este tipo de productos -orientados al público masivo- es muy importante, de tal manera que la inversión en publicidad es sumamente importante. Como señala Marcelo Otero, uno de los socios de la compañía, estos costos suelen superar al de las materias primas.
La empresa posee una red de distribución en todo el país, utilizando los distintos canales existentes, como ser el supermercadismo, las veterinarias y las forrajerías, estas últimas muy importantes en regiones extra pampeanas.
En cuanto al negocio, el “jamón del medio” son los alimentos para perros, ya que cada can consume entre 300 y 400 gramos diarios, contra los 60 de un gato, que además es más exigente en cuanto a la formulación del producto. La fortaleza del negocio parece residir en que resulta más económico alimentar a las mascotas con pet food que con la tradicional carne.

