El pronóstico para el negocio agropecuario trae algunas buenas noticias y otros nubarrones, tanto literales como metafóricos. Con el fin de preparar a los productores para enfrentar esos desafíos, CLAAS y Forratec realizaron una nueva edición de Experiencia Forrajera en la localidad bonaerense de Ameghino y en la santafesina Sunchales. Esta vez, la yapa fueron las perspectivas agroclimáticas y las claves político-económicas para este año, que se sumaron a las charlas técnicas sobre forrajes y maquinaria agrícola.
El economista y periodista Julián Guarino mostró un mapa sobre lo que cada país exporta al mundo. Allí se pudo ver claramente cómo Argentina es una de las escasas naciones especializadas en colocar alimentos en los mercados internacionales, lo que implica una ventaja competitiva a nivel global que involucra a un mercado de 4.000 millones de personas de países que no se especializan en la producción y exportación de alimentos, con los que podemos complementarnos.
El economista explicó que también hay nubarrones que actualmente surcan el cielo en las finanzas del país, originados tanto afuera como adentro. Por un lado, tras la crisis de 2008, la Unión Europea y Estados Unidos cerraron en gran medida sus importaciones, y la caída de los precios de los commodities sólo fue paliada por la gran demanda china. Sin embargo, el gigante asiático también fue afectado por la crisis, lo que desaceleró su crecimiento. “Exportar hoy es más difícil. Aún así, China va a seguir pidiendo alimentos”, matizó.
En la situación interna, la caída del 9% en las exportaciones respecto del año pasado configura un escenario complejo para un país muy dependiente del dólar, cuyas reservas vienen descendiendo rápidamente, hasta alcanzar los 28.000 millones de dólares actuales. “Las restricciones oficiales que se impusieron para frenar la salida de dólares también afectaron el ingreso de la divisa”, explicó Guarino. En este marco, con un dólar barato, inflación, emisión excesiva y un Banco Central que financia al Estado, el economista opinó que el país está “con tránsito lento”, y señaló que puede esperarse una contracción del 2 al 2,5% del PBI en el ejercicio 2014. Aún así, aconsejó que “siempre hay que mirar el mediano plazo, a pesar de lo que ocurra en el corto”.
Respecto del clima, el especialista Eduardo Sierra dijo que el marco general “presenta algunas ventajas y algunos riesgos”, y desglosó: “Hay un fuerte incremento de la inestabilidad climática en todas las variables atmosféricas; disminución del promedio anual de lluvias; precipitaciones de tipo tormenta severa, con mucha irregularidad espacial y riesgo de granizo, vientos y aguaceros torrenciales; los Niños van a ser muy irregulares y erráticos; y las Niñas serán muy secas”.
En este contexto, el fenómeno de El Niño que señalan los pronósticos para este año representa una buena noticia, “pero con algunas situaciones de riesgo”, según Sierra: “Se puede esperar mucha producción de maíz y soja, por las abundantes lluvias, pero las mismas afectarán negativamente al trigo y a la cebada”.
Tras un panorama de precipitaciones muy errático en los últimos meses, con lluvias en noviembre, y sequía en diciembre y enero, el agua volvió a fines de este último mes y de modo excesivo. “Algunos campos bajos quedaron anegados, lo cual sumado al descenso de la temperatura puede provocar muerte de ganado índico en los próximos meses, y será un problema muy grande para la fina si esos campos llegan aún anegados a la primavera”, sostuvo el experto.

