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A horas de que comience el “troceo”, el Gobierno impuso otro cambio a los frigoríficos

El fin de la media res vendrá acompañado también del fin del sello de tinta con que se la distinguía: los trozos de no más de 32 kilos deberán tener ahora una etiqueta impresa en computadora.

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Por Infocampo

El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, se reunió con representantes del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas ABC y ratificó por enésima vez la decisión de que a partir del próximo martes 1° de noviembre comience a implementarse la comercialización de carne mayorista a través del “troceo” de la media res en pedazos de no más de 32 kilos.

“El cuarteo es la oportunidad de dar un paso más en el camino de modernización de nuestra industria, se utiliza en los países del primer mundo, donde ya no se vende carne por medias reses, sino por este método o cortes, porque tienen muchos beneficios para los consumidores, trabajadores, y en materia de seguridad sanitaria y calidad de la carne”, aseguró Mario Ravettino, presidente del Consorcio ABC.

Cabe recordar que esta asociación, que representa a los frigoríficos exportadores, es la principal impulsora de este cambio histórico en el sistema de comercialización de carne en Argentina, mientras que en la vereda contraria están los frigoríficos y matarifes que abastecen al mercado interno y que aseguran que la medida es inviable por el momento.

SIN SELLO DE TINTA

En este contexto, el Gobierno nacional sumó este viernes una nueva obligación para los frigoríficos: el fin de la meda res vendrá acompañado también del fin del sello de tinta con que salían de los frigoríficos, y en el que se describían los principales datos del animal y su faena.

“Las plantas faenadoras, de acuerdo con su modalidad comercial, deberán prever en playa de faena la cantidad de trozos que se realicen, cada uno de ellos deberá encontrarse identificado con el número de tropa, correlativo de faena, clasificación y tipificación. Los sellos sanitarios y comerciales obligatorios deben resultar en todos los casos perfectamente legibles. La identificación de los trozos deberá hacerse indefectiblemente en playa de faena, quedando prohibida la individualización posterior de los mismos”, señala la resolución publicada en el Boletín Oficial.

Y luego agrega que los sellos de tinta actuales “deberán reemplazarlos por etiquetas impresas por medio de sistemas de computación en un plazo perentorio de 180 días” desde hoy.

También subraya que “las etiquetas serán colocadas en los bovinos (vacunos y bubalinos) sobre los trozos, quedando totalmente adheridas a la carne, siendo prohibida su fijación mediante hilos, lancetas u otro medio que no implique la adherencia de toda su superficie”

TRAZABILIDAD DE LA CARNE

Estas etiquetas deberán ser confeccionadas en papel parafinado, poliamidas o polipropileno orientado (OPP), apto para su contacto con la carne, y tendrán que incluir los siguientes datos:

  • Nombre del establecimiento faenador
  • Número de inscripción en los registros de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario
  • Número de habilitación sanitaria y Código Único de Identificación Tributaria (CUIT)
  • Los mismos datos ya mencionados, también para el titular de faena
  • Número de tropa y número de garrón
  • Clasificación, tipificación y destino comercial (en caso de corresponder)
  • Cantidad de dientes, tipo de contusión y denominación del trozo.

Según el Gobierno, esta medida surge porque “es imprescindible asegurar la trazabilidad de la distribución de carnes en la cadena comercial minorista, así como regular la normativa destinada al control de la misma a las que deberán ajustarse los establecimientos en donde se realiza troceo, a fin de asegurar un marco de transparencia en el comercio de carnes con destino al consumo interno”.

“Este modo de identificación resulta de fundamental importancia no sólo para tareas de fiscalización, ya que posibilita conocer el origen y procedencia, sino también para quienes intervienen en las distintas etapas de la comercialización, al permitir controlar su peso y, en su caso la tipificación, lo que en definitiva redunda en beneficio del consumidor”, agrega la resolución.

En tal sentido, “cada trozo resultante de la división de la media res deberá ser identificada y trazable mediante una tarjeta que contenga el número de establecimiento oficial del troceador, número de tropa, número de garrón, fecha de elaboración, nombre del producto y peso del trozo”, completa.

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