El uso intensivo de glifosato en los últimos quince años, desde la aparición de las sojas resistentes a este herbicida, comenzó a mostrar en las recientes campañas sus lados más débiles con la aparición de malezas resistentes a este principio activo.
Este es un fenómeno de escala global, que en nuestro medio está mostrando las primeras consecuencias con la aparición de Sorgo de Alepo y Yuyo Colorado Resistentes entre otras, y malezas latifoliadas que presentan mayores inconvenientes en su control como ser Viola, Flor de Santa Lucía, Cardo Ruso, Rama Negra, etc.
Como consecuencia de estas presencias, comienzan a discutirse nuevas estrategias en el control de malezas, con nuevos productos que combinen eficiencia de control de las malezas problemáticas, con residualidad para el control de las camadas que nacen luego de la aplicación y sean amigables con el medio ambiente.
Para nuestro medio, se podría sintetizar en los siguientes puntos donde radican los principales desafíos a tener en cuenta en el manejo de malezas resistentes a glifosato:
El modelo productivo actual presenta la característica de una ausencia de laboreos en por lo menos el 70% del área agrícola.

