La semana pasada, al anunciar la implementación del esquema de retenciones agrícolas móviles, el ministro de Economía Martín Lousteau dijo que el nuevo sistema ‘que fija una escala tributaria ascendente a medida que sube el valor del producto gravado’ se implementará por cuatro años ‘para darle un marco de previsibilidad a los productores’.
Los dirigentes de Aapresid se tomaron su tiempo para expresar su opinión con elegancia. ‘Decir que tener precios fijos da más previsibilidad habla de un desconocimiento prodigioso’, indicó un comunicado de la entidad técnica enviado ayer a última hora (que lleva la firma de Jorge Romagnoli, presidente de Aapresid).
‘Los precios suben o bajan compensando de alguna manera los altibajos en las producciones. Si tenemos un precio fijo, quedamos expuestos, en el futuro, a las bajas de la producción sin la oportunidad de que los precios reaccionen. Por otra parte, la suba de los precios internacionales es una señal de los demandantes para un aumento de la producción. Al perder esta señal, se desacoplan no sólo los precios, sino también la racionalidad’, explicó el comunicado.
A continuación se exponen los párrafos más destacados de la posición de Aaapresid:
‘Una vez más, la noticia es el aumento de las retenciones a las exportaciones agrícolas. Aapresid -como red de productores que apuesta a la innovación en nuestro país- no puede desentenderse de este lamentable hecho. Éstas medidas tomadas por el gobierno, en relación a la producción de granos, tendrán un dramático desenlace para nuestro país, con gran desmotivación a la producción, a muy corto plazo’.
‘Desde lo macroeconómico, el gobierno demuestra una gran ignorancia la dinámica del negocio. Con este tipo de medidas, que sólo atienden al precio internacional de los granos ‘como si fuera la única variable que afecta al resultado de la producción agropecuaria- no se consideran otros aspectos de igual importancia como los costos y la productividad. El nivel de inversión es cada vez mayor, el retorno por peso invertido es cada vez menor, y esto sumado a que los costos de producción se elevan cuasi exponencialmente’.
‘El sistema castiga a toda la producción agropecuaria del país, pero muy particularmente a las zonas marginales (¿o deberíamos decir cada vez más marginadas?). Estas medidas dejan afuera del negocio a las áreas periféricas. Las provincias con mayor perjuicio serán Chaco, Tucumán, Salta y Santiago del Estero, así como todas aquellas economías que se encuentran a una gran distancia de los puntos de comercialización’.
‘La bonhomía de los precios internacionales que genera la “renta extra”, a la que se refiere el gobierno en sus argumentos, se redistribuyen no sólo entre los productores ‘aproximadamente 400.000 pymes-, sino también entre muchos proveedores, prestadores de servicios y productos’.
‘Estas medidas sólo lograrán empobrecernos a todos. En cambio, la producción agrícola actual genera mucha riqueza en toda la sociedad. Sería deseable aumentar la producción de los granos con todas las externalidades positivas que eso supondría, no sólo sobre la cadena agroalimentaria, sino también sobre la industria y el sector de servicios. Pueden existir medidas sencillas, rápidas, eficientes, que satisfagan todos los intereses. Pero no hay oportunidades de escuchar, de llegar a consensos, mucho menos de articular el corto con el largo plazo’.
‘Lo sustancial, lo que nos preocupa, es que este sistema aniquila el desarrollo del interior y de las economías regionales. No nos confundamos, el problema de esta política no es patrimonio de los agricultores, es de todos los sectores que quieren un país integrado geográficamente, con riqueza, equidad y futuro. Este problema es de los intendentes y gobernadores, de los peones y de los transportistas y de los maestros que educan en provincias cada vez más pobres. Tenemos algo peor que el enojo, la desesperanza’.

