Esta semana, el presidente del Senasa, Dr. Jorge Amaya, junto a su jefe de asesores, Carlos Milisevic, y Ricardo Maresca participaron de la 74 Sesión General de la Organización Internacional de Sanidad Animal, más conocida por su sigla, OIE, realizada en París (Francia).
Uno de los objetivos que se plantearon llevar adelante en este encuentro multilateral fue la reforma del Código Sanitario para los Animales Terrestres, que rige el comportamiento de los servicios sanitarios de los países que adhieren a la organización, al igual que el reconocimiento de sus status sanitarios, a los fines del comercio internacional.
Los argentinos apuntan a que sea más racional el manejo sanitario vinculado con la aftosa. Como se sabe, se trata de una enfermedad de pérdidas económicas relativas (no extremadamente graves) y que no tiene riesgo de contagio al ser humano, a diferencia de la temible encefalopatía espongiforme bovina o mal de la vaca loca.
El problema es que el código sigue premiando la práctica del sacrificio de la hacienda aftósica o que haya estado en contacto con animales portadores, ya que cuando se aplica el rifle sanitario, el país recupera más pronto el status que cuando restringe al mínimo esta práctica y aplica la vacunación de la hacienda.
De acuerdo con el Art. 2.2.10.7 de dicho código, si un país que vacuna aplica el rifle, puede recuperar su status en seis meses, pero si no lo hace debe esperar un año y medio. Por otro lado, los países que son libres sin vacunación recuperan su status en lapsos menores (tres a seis meses) a los que son libres con vacunación.
Los veterinarios pueden dar fe de lo traumático que es asistir al sacrificio de un animal, sólo porque tiene una especie de gripe, en aras de un sistema de comercio internacional que castiga a la enfermedad.
La expresión más brutal de este sistema se dio cuando los europeos debieron sacrificar más de cuatro millones de cabezas, en el último brote de 2001, sólo para mantener el status de libre de aftosa sin vacunación.
Las imágenes de pilas de animales incinerándose o siendo enterradas fueron tan shockeantes para la opinión pública, que a partir de ahí se vino una reivindicación profunda de la vacunación, al punto que la misma Unión Europea ha decidido ser más flexible en este aspecto.
Los funcionarios argentinos sostienen que la opción del rifle sanitario es aplicada sólo para cumplir con el código de la OIE y acortar los plazos de restitución del status sanitario.
También proponen que se evalúen otras prácticas, como la despoblación de animales recuperados o con rastros serológicos que no implican riesgos de diseminación viral.
Por último, llevan a esta reunión de la OIE un tema netamente administrativo, pero de gran implicancia económica: que los dictámenes de la Comisión Científica de la organización, que considera la restitución del status sanitario luego de un episodios aftósico, dejen de tratarse únicamente dos veces por año, como ocurre en la actualidad, lo cual genera graves consecuencias económicas para los países que padecen focos de la enfermedad.
Javier Preciado Patiño
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