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Algodón: un buen negocio para la Argentina

La liberalización del mercado tendrá implicancias favorables en el sector nacional, debido a que la Argentina es muy competitiva a nivel mundial.

La liberalización del mercado tendrá implicancias favorables en el sector nacional, debido a que la Argentina es muy competitiva a nivel mundial.
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Por Infocampo

Como resultado de la presión del Brasil, de la Argentina y de otros países afectados, los Estados Unidos fueron exhortados por la OMC a contraer parcialmente los subsidios del algodón en u$s 1.000 M – a partir del próximo mes de agosto bajarán de u$s 4.000 M a 3.000 M aproximadamente- y, de acuerdo con lo resuelto por el organismo internacional, ninguna economía desarrollada podrá seguir subvencionando la exportación de algodón en 2006. Esta medida implicará que esas ventas serán menos competitivas, se contraerá la oferta mundial y aumentarán los precios internacionales, que, a causa de los subsidios, estaban bajos en forma ficticia. Por lo tanto, la rentabilidad de los agricultores nacionales subirá moderadamente. En efecto, la noticia ya generó un alza del 15% en el precio en la Argentina. La liberalización del mercado tendrá implicancias favorables en el sector nacional, debido a que la Argentina es muy competitiva a nivel mundial. Prueba de ello es que los costos de producción nacional de una libra de algodón alcanzan a 35 centavos de dólar, mientras que en Brasil el costo asciende a 47 centavos de la misma moneda y en los Estados Unidos trepa a 60 centavos. Además, los agricultores de la Argentina poseen la más moderna tecnología y los investigadores suministran las variedades genéticamente modificadas, de última generación. Asimismo, sigue siendo de vital importancia la posibilidad de reducir el IVA del 21% al 10,5% de algodón en bruto, tal cual se hizo en carnes y cereales, que dio un buen resultado como arma efectiva para combatir la evasión. Por otro lado, se debería seguir analizando la aplicación de un diferimiento impositivo para la producción, que impulse la siembra de 500.000 ha adicionales y la recuperación de los puestos de trabajo perdidos durante los últimos años. Por otra parte, la esperada revalorización del algodón incentivará la puesta en marcha de la inversión hecha en los años noventa de u$s 400 M en cosechadoras, moduladoras, sembradoras y desmotadoras que hoy registran un 60% de inactividad. De todas formas, la expansión del mercado del algodón, el incremento en el empleo y la mejora de la rentabilidad para sus productores no podrá ser capitalizada plenamente si, por un lado, el Gobierno no emite señales que brinden estabilidad jurídica, sobre todo luego de la imprevisibilidad instalada a partir de las medidas impuestas en perjuicio de los productores de carne. Por otro lado, es necesario que los funcionarios se involucren de lleno en potenciar la fuerte campaña que desarrolla la Cámara Algodonera Argentina desde hace 20 años -cosecha tras cosecha- contra de la contaminación del algodón. Ese fenómeno se genera por la utilización de bolsas e hilos de polipropileno en la recolección, almacenamiento y/o transporte de la fibra. El descuido de algunos productores no repara en la vigencia de la ley 3.430 que prohíbe su uso, y las autoridades no sancionan a los infractores. De esta manera va a ser muy difícil terminar con la contaminación. No obstante las dificultades internas, la oportunidad que se presenta a partir del nuevo contexto internacional no debe dejarse pasar. El algodón, cultivo estratégico a nivel mundial, tiene que constituirse en un factor propulsor del proceso de desarrollo de la estructura productiva de la Argentina.

Ernesto Bolton

Especial para Infocampo

Presidente de la Cámara Algodonera Argentina

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