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Basf, Nidera y el girasol del Bicentenario

Ambas compañías lograron desarrollar un cultivo que resiste hasta seis veces la dosis recomendada del herbicida y con una construcción génica mucho más efectiva.

Ambas compañías lograron desarrollar un cultivo que resiste hasta seis veces la dosis recomendada del herbicida y con una construcción génica mucho más efectiva.
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Por Infocampo

Localmente las compañías encararon un trabajo de investigación conjunto. Lograron desarrollar un cultivo que resiste hasta seis veces la dosis recomendada del herbicida y con una construcción génica mucho más sencilla y efectiva.

El sector científico y tecnológico argentino demostró una vez más por qué nuestro país lidera en materia de innovación agronómica.

El martes al mediodía, en un alto del congreso de Asagir, directivos e investigadores de Basf y Nidera se hicieron de un momento para presentar el fruto de un ambicioso trabajo de investigación y desarrollo local.

El resultado es el híbrido de girasol Paraíso 1000 CL Plus. Pero el secreto se encuentra en su ADN.

En 2003, Basf había lanzado la tecnología Clearfield e inscribía junto con la semillera los primeros materiales de girasol con resistencia a los herbicidas de la familia de las imidazolinonas.

Esta resistencia había sido hallada años atrás en los Estados Unidos, en girasoles salvajes y luego transferida a los cultivares mejorados.

La tecnología representó una solución para el manejo de las malezas en el cultivo (hoy se estima que más del 30% del área girasolera se siembra con materiales Clearfield), pero era perfectible.

Sucede que la tolerancia al herbicida se ubicaba en un par de genes y el traspaso de esa cualidad a otros cultivares era trabajoso, además de ser genes difíciles de mapear.

Por otra parte, esos genes tenían asociados otros propios de los materiales salvajes que inducían una leve caída en el contenido de aceite del híbrido.

Con esta problemática enfrente, los técnicos de Nidera y Basf en la Argentina encararon el desafío de desarrollar un girasol Clearfield con un sistema génico más efectivo.
Lo lograron induciendo mutación química en una población y haciendo sucesivas selecciones hasta dar en la tecla.

Lograron hallar un gen que impide que el herbicida Clearsol actúe sobre el sitio enzimático AHAS, o sea que el principio activo prácticamente “rebota” y la planta no tiene que gastar energía en detoxificarse del herbicida.

Las fotos que mostró el biotecnólogo de Nidera, Carlos Sala, hablaban por sí solas. Plantas de girasol a las que se les había aplicado seis veces la dosis recomendada estaban como si las hubieran regado.

El gen se patentó en 40 países (además se testeó en los ambientes más exigentes) y se lanza ahora mundialmente.

Por el mejor control de malezas, el rinde respecto de los girasoles convencionales se ubica 15% arriba.

Además, por su construcción génica, recupera los dos puntos porcentuales en contenido de aceite que había perdido en la primera generación Clearfield.

Y por si fuera poco, es mucho más fácil ahora transformar los cultivares convencionales. Un golazo.

Por último, se considera que CL Plus es el cimiento para el desarrollo de una genética que tolere altas densidades, un factor clave para elevar la productividad del cultivo y volverlo más competitivo .

Artículo publicado en la edición de hoy de Infocampo Semanario

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