El consumo de carne vacuna de los argentinos ‘que está registrando niveles históricos’ se sostiene a partir de una elevada faena alimentada por una liquidación masivas de animales, la cual se produce a partir de una sequía generalizada, bajos precios de la hacienda y falta de políticas y reglas claras para el negocio.
Así lo advirtió un informe preparado por la Unidad de Investigación y Desarrollo del Movimiento CREA
En lo que va del año, el consumo interno aparente de carne bovina es de entre 70,0 y 73,8 kg/habitante/año, según datos del Ipcva y Ciccra, respectivamente. ‘Esto implica la mayor disponibilidad de carne de los últimos 15 años y preocupa en gran medida debido al origen de la misma’, indicó el informe de CREA.
El hecho de que el consumo de carne aumente de manera progresiva sería una noticia excelente si se estuviesen registrando incrementos en la productividad de la oferta que acompañasen a la demanda local. Pero eso está lejos de suceder: los argentinos nos estamos comiendo a la fábrica de la ganadería.
De acuerdo a los datos obtenidos a partir de los DTA emitidos por el Senasa, durante los primeros seis meses de 2009 la participación de las categorías vacas y vaquillonas en la matanza fue del 37,5%, con un máximo en el mes de junio de 41%.
La información publicada por esta entidad no diferencia terneros macho y hembra que se envían a faena e indica una participación de ambas categorías del 16,1% durante el periodo mencionado.
‘Del análisis de la información histórica de faena publicada por la Oncca de los últimos 10 años, se deduce que del total de categorías terneros, el 73% son hembras y el 27% restante son machos. Así, si a la información de faena de Senasa de vacas y vaquillonas se le suman el 12% de las terneras, se puede estimar que durante el primer semestre del año la participación de hembras (vacas, vaquillonas y terneras) en la faena fue del 50%, siendo en el mes de junio la máxima histórica con un 53%’, apuntó el informe de CREA.
El presidente del Movimiento CREA, Rafael Llorente, sobre la base de proyecciones realizadas por la entidad, adelantó que ‘la oferta de hacienda gorda se reduciría en el último trimestre del año’ y que esa menor faena sería principalmente de la ‘categorías novillos pesados de exportación y vacas’. Lo que realmente inquieta a los productores e industriales son las acciones que tomaría el Gobierno frente a esta caída en la oferta y la incertidumbre sobre la limitación futura de las exportaciones.
