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Chaco: creer después de la lluvia

La situación en el norte argentino fue complicada en los últimos meses pero las precipitaciones registradas la semana pasada fueron gotas de vida para productores sin esperanzas. El girasol tardío, la soja y el algodón resultaron los más beneficiados. Preocupa el ganado perdido

La situación en el norte argentino fue complicada en los últimos meses pero las precipitaciones registradas la semana pasada fueron gotas de vida para productores sin esperanzas. El girasol tardío, la soja y el algodón resultaron los más beneficiados. Preocupa el ganado perdido
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Por Infocampo

De la mano de las lluvias -consideradas por algunos aún escasas, por otros gotas de alivio- llegaron las esperanzas de recuperar lo que ya se creía perdido en la cuenca productiva chaqueña. Las precipitaciones impulsaron la recuperación del girasol tardío y permitieron la preparación de los suelos para la siembra de soja y algodón. El estado de la producción ganadera aún es complicado.

“Si dividiéramos en cuatro la provincia, el cuadrante noreste fue el más beneficiado, es decir, a unos kilómetros al norte de Resistencia, pero toda la zona noroeste, la que más sufre la sequía no recibió el milimetraje suficiente”, explicó el subsecretario de Agricultura, ingeniero Walter Reichert a Infobae. Y añadió: “Esta es la zona más complicada, en donde sigue la mortandad de animales, y la lluvia de unos escasos 30 milímetros no alcanzó”.

En lo que respecta a la situación agrícola, el panorama es diverso aunque por lo menos se logró un respiro en los cultivos que se sembrarán a futuro. “El trigo, que estaba en etapa crítica no se ha recuperado”, sentenció Reichert. “Por su parte, al girasol, a pesar de cumplir en 50%, le vino muy bien esta lluvia. Para la siembra temprana la recuperación va a ser muy difícil, aunque la situación es mejor para la siembra tardía”, comentó.

Respecto de las versiones de que en la provincia las precipitaciones de la semana pasada habrían generado un aluvión de siembra girasolera, el funcionario destacó que “a lo sumo, sembraron los productores que se habían quedado con semillas compradas y los laboratorios no se las recibieron, pero no llegaron a las 15.000 hectáreas”. Algunas versiones aseguraban que las lluvias habían derivado en la siembra de 100.000 hectáreas más de girasol.

Los técnicos consultados, si bien se mostraron cautelosos en los pronósticos sobre la superficie final del oleaginoso, no descartaron que el Chaco, en una siembra que podría definirse como en segunda o tardía, supere las 200.000 hectáreas de girasol y tenga dos épocas de cosecha bien definidas. Una en enero y otra a fines de febrero. No obstante, pareciera que estos números son abultados porque las condiciones previas a las precipitaciones eran bastante complicadas y se hablaba de pérdidas agrícolas por $100 millones.

Algunos productores hacen números y apuestan a un girasol de 1.300 kilos por hectárea mas que una soja de 2.000 kilos por hectárea, atendiendo a las excelentes perspectivas de precios que tiene el girasol a diferencia de lo que se espera con la soja.

El panorama para la oleaginosa es alentador pensando que todavía están intactas las posibilidades de siembra.

Junto con la soja, el otro cultivo fuerte de la zona es el algodón. “La mayor parte de las zonas en las que no se pudo hacer girasol se sembrará algodón”, dijo Reichert.

La emergencia agropecuaria, para productores que acrediten con certificados esa condición, fue prorrogada hasta marzo del 2005 por una ley sancionada en la Cámara de Diputados.

Se trata de la ley 4.481, que fuera prorrogada sucesivamente y cuyo último vencimiento operaba el 1° de octubre. La decisión unánime del cuerpo legislativo se fundó en “la prolongada sequía que soportó la provincia”.

El ganado, el más golpeado

“El tema ganadero es el más complicado y me parece que los índices productivos han caído muchísimo y recién se van a notar en las próximas pariciones”, señaló Reichert en tono de preocupación.

El problema radica en que las lluvias caídas, si bien son un aliciente para “las pasturas que ya comienzan a trabajar la realidad es que hay que esperarlas unos meses”.

Los animales que no han muerto han quedado débiles, con poca musculatura y preocupa cómo puedan quedar los planteles para los próximos meses.

El titular de Fechasoru, Carlos Vera, aseguró que 70% de los animales muertos son vacas, dado que “estábamos en el final de la parición y morían con ternero puesto” y estimó que para los próximos días “seguirán muriendo animales.

En lo que respecta al agua para consumo, la situación no está repuesta aunque las lluvias permiten la reactivación de las tareas de preparación de los suelos.

Juan Ignacio Martínez Dodda

jdodda@infobae.com

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